Se dice que el apartarse de aquellas acciones vicios o adicciones comienza por abandonar lugares, personas, o cosas que incitan a volver al hábito que se deseas abandonar.

Parece que algo de esto es cuando se lee” que no proveamos para las apetencias o deseos”, fuera de rectitud y honestidad.

Cuanto aprenderíamos a resolver y evitar conflictos si eligiéramos leer con frecuencia nuestro manual de vida, elevando lo leído a lo Espiritual debido   a que nuestro manual contiene relatos literales que encierran principios Espirituales donde son muchos los que leen y pocos comprenden

No dejemos de mostrar bondad rectitud y honestidad, para recibir el mismo trato de personas que han sido preparadas para otorgar nos acciones de la misma naturalezas brindadas a los que nos rodean.

Parecería  que aquí está  el asunto de decidir como edificaremos  nuestra permanencia sobre la tierra, elegir la mentira, falsedad y violencia continuaremos perpetuando la decadencia que hoy evidenciamos como inseguridad, falta de tranquilidad y equidad.

No se trata de cambiar a las masas, más bien cambiemos en vida propia que los que traten con nuestro carácter recto sabrán que no somos afines  al estilo de vida corrupto de lo contrario jamás la honestidad veremos.

 

Tratamos a toda costa establecer bueno y malo, conforme a nuestras apetencias, deseos y lo que trae provecho con poco esfuerzo.

Ignoramos por completo que integridad es una conducta de vida de saberse y ser irreprensible  de acciones que arrastran a la mayoría a cobardía, mentira e injusticia, pocos se animan a expresar su descontento por las acciones injustas decidiendo silenciar la rectitud, cuando se debería marcar la diferencia en honestidad, que para eso hemos llegado a estos tiempos de oscuridad.

Si los cobardes, mentirosos, afeminados  tienen su lugar fuera de la aprobación de Dios, no escudemos nuestro comportamiento en decisiones.  Que vamos peor porque ya sabemos rectificar nuestra conducta y no queremos.

Se espera de todo aquel que desea tener una permanencia  favorable y grata sobre la tierra, que de la manera  deseada trate a sus semejantes, no usando manipulación que es hechicería ni estimaciones propias.

Como a fecha tenemos como bueno lo que nos produce satisfacción independiente del grado honesto y recto empleado a la obtención de nuestro propósito.

Tenemos como malo aquello que creemos por referencias ajenas o simple deducción,  que no arrojara placeres o bienestar y dejamos de atender lo que es Justicia, honestidad y verdad.

Sufrir consecuencias adversas es frecuente por decisiones incorrectas,  pero a veces es recibida por decisiones muy correctas y tienen como finalidad llevarnos a un nivel superior de apreciar la vida.

Preste atención a los que han pasado por una experiencia de muerte, y percibirá el ángulo  adquirido de existencia sobre la tierra.

Esta experiencia conduce a prorroga de vida  y mejora de calidad de vida, por rectificar acciones tomando  la Justicia y honestidad.

Tener éxito en lo que emprendemos es, actuar dentro de la honradez, Justicia e integridad  aunque parezca que de esta manera vamos a perder, a fin ganamos más de lo que creemos.

Para probar la eficacia de este proceder, es necesario decisión para transitar este camino de lo contrario no veremos, la grandeza de una vida abundante.

No permitamos que las aparentes conveniencias de este mundo desviado de la rectitud arrebaten los éxitos que aguardan al determinar accionar con honestidad.

Ganamos con accionar diaria mente  en rectitud Justicia y verdad que los demás decidan  accionar de la manera que tratamos nuestras acciones diarias pero principal mente  gloria de estar accionando dentro de la voluntad de Dios, honor de quienes brindemos la gracia de apoyar o recibamos  y paz de ser merecedores de vida abundante.

Las consecuencias de nuestras buenas acciones llegan en el momento propicio para ser recibido, en no cuando deseamos.

Tal vez por eso muchos se inclinan por la injusticia, perversión y deshonestidad  donde estos frutos se manifiestan pronta mente para muerte paulatina donde portamos un carácter pútrido sin el menor atisbo de moralidad  todo momento