Al recibir accionar grato nace el retribuir con otro, de la misma naturaleza; pero resulta que inmersos en la injusticia ya no sabemos operar en Justicia. Como toda acción conlleva su reacción de la misma naturaleza ofrecida; vivamos operando en Justicia. La cosecha llega en el tiempo más valorado.

Por manos de quienes no ayudamos en tal caso (a veces, poseen referencias de nuestro Justo proceder), se avecinan los indicios o caudales de cooperaciones. Recuerde que una acción Justa jamás  desmedra en su recompensa para vida, así como en la injusticia medra a la muerte.

Cambiar la forma de pensar cambiará la forma belicosa, egoísta,  infame y mezquina que hogaño portamos como vida. Muchos, affaire perturbadores de la Justicia procuramos. Teniendo, como meta el dinero y el poder; perdemos de vista que la vida es practicar Justicia, bondad y misericordia.

Gastamos la juventud haciendo dinero pero en la vejez gastamos el dinero por evitar la decrepites. Administremos la juventud  con Justicia practicada, en resumen, también de la vejez disfrutaremos.

La fe  en Cristo ofrece una protección: pero tener esa protección requiere obediencia a principios espirituales. Sin empacho, pedimos estando en apuros lo que no ofrecemos; recuerde sé recibe de la misma naturaleza otorgada. La Justicia, honestidad y bondad es utopía en todo proceder ¿Cómo pedimos de aquello que no otorgamos en nuestros tratos?

Dios está atento al que alinea su conducta a sus normas de vida. Al que sufre por sus rebeliones observa su corazón, por si desea rectificar.

Permaneciendo, en la conveniencia todos anhelan paz: pero operan como para obtener adversidades. El empleo de mentira, estridencia, egoísmo y envidia fomenta males. Deseas, ver días buenos apártese tu boca de males; que como consecuencia tus acciones le seguirán. 

Hogaño emulamos todo acto de injusticia, violencia, estridencia; otorgando lugar a la maldad para producir decadencia a nuestro ser. Tras practicar el libertinaje que es descontrol; topamos con vida sin sentido languideciendo; pero rehusamos ver a lo divino y obedecer sus normas que conducen a vida.

La verdadera libertad deberá contener normas que serán guias, sin ellas no es libertad. En la mocedad no interesa la cantidad de vida; pero el procurar administrar (lo Espiritual) desde aquí; asegura mejor calidad de vida.

Expresar lo conveniente para  él momento adecuado, no siempre es nuestra delicadeza; pero lo ignorado es que nuestro vientre será satisfecho del cumulo de procedencia de nuestras palabras. Proferimos toda sarta de sandeces sin el menor empacho. Hemos perdido el respeto adoptando, jerga de criminales.

Ayudemos a subir de nivel a los que deseen; pero no contribuyamos a la decadencia.   

Sin apartarse de injusticias, aversiones, depravaciones, y de manipulaciones que es hechicería jamás la prosperidad   cabal experimentaremos. Existe, única forma de prosperar y es a través de la obediencia a principios Espirituales y no a hombres.    

La sociedad  impele a la actitud belicosa y hostil donde no hay asidero  para una actitud justa e inerme; un proceder fuera de lo marcado de la sociedad es vilipendiado. Tenemos una bifurcación; seguimos a los demás o marcamos la diferencia, así delimitas tú mala o buena elección. No hay suerte; pero si elección.

 

Al regodearse y soslayar  toda clase de injusticias y perversiones como hoy; no dudemos que languideceremos en todo ámbito. La vorágine evita atender el ámbito que rige sobre todos y es el Espiritual.


 Olvidamos que conforme a nuestras acciones; es el pago recibido, de calidad de vida aquí y ahora. Procuramos obtener beneficios y beneplácito con manipulaciones, injusticias y embustes y logramos un pasar sucinto; pero una permanente  decadencia. Nada, como expresar siempre la verdad, Justicia y el derecho.