El justo es probado para incrementar sus galardones, ya que Dios ama la Justicia. Dios sigue en su trono, observa a los hijos del hombre, para retribuir a cada uno acorde a sus acciones. El que ama la violencia o en ella se regodea, esta tapizará su estancia en todo tiempo. El malvado es aborrecido por Dios. Pero Él busca la ínfima ocasión de nuestro proceder en Justicia y ser compensada, para llegar a conformar nuestro carácter. Pude ser malvado, pero brinda medio de revertir hacia lo Justo por Cristo. Recuerde, se Activa por la fe lo que la razón no alcanza.

Discierne, no todo el que dice señor sus pensamientos afianza a Dios. Porque el malo se jacta de lo que su alma ansía, y el avaro maldice, y aborrece todo lo Justo. Por la altivez de su rostro el malvado no busca de Dios; este no está en sus pensamientos, por ser torcidos sus caminos siempre. Su boca desborda de insultos, de opresión, engaños y maldades porque cree que, no recibirá retribución de sus actos; Pero en tiempo señalado sus brazos serán quebrados, hasta no quedar algo.

Muchos con la imagen equivocada de Dios vociferan haberse liberado de Dios; Pero él se sonreirá; El señor se burlará de ellos. Luego les hablará en su ardiente ira. Es mejor atender con diligencia lo menor antes de acrecentar el estrago. El mensaje emitido de la sociedad es contrario, y se sumerge en la decadencia y languidez. Todos los frutos designados al malvado gravitan sobre del que con soberbia desprecia las normas para ganar; no ha dado reglas para cuartar o limitar, sino para alcanzar vida abundante

Nuestro proceder e intenciones reales detrás de cada acción, son conocidos por Cristo. El justo asienta su proceder acorde al carácter de Cristo, y todo lo realizado prosperará; pero la senda del perverso e injusto, conduce a la perdición, detrimento y zozobra. El realizar Justicia siempre gana, pero eso no obvia el sufrimiento, que aflora a mejoría. El tener esperanza en el dador de la vida es lo que infunde nuevas fuerzas como su palabra dice.

La generosidad a los realmente necesitados, no debe menguar; recordemos que ella abre las puertas a la abundancia. Hogaño tenemos la industria de los que aparentan ser menesterosos, pero el discernimiento disipa dudas.

Algo a observar someramente es, si reiteran su precaria situación y  muestran  que eres la única opción de proveer ayuda, puede ser todo una faramalla.

Dios reprende a los de malas obras, por haberse conducido con soberbia; con el propósito de abrir el oído a la corrección. Si escuchan y obedecen a practicar Justicia en Cristo, sus días terminarán en prosperidad integral y  en años de delicias. Pero sino escuchan, perecen por la espada que sus acciones propiciaron,  espiran por su ignorancia adquirida en prevaricación.

Los impíos de corazón atesoran ira, no desisten de su mal proceder, cuando son reprendidos por Dios. Con la aflicción salva al afligido; ya que el sufrimiento abre el oído, Pero los que no desisten de su proceder impío se saturan de juicio por no sustentar el derecho y la Justicia.

Cada uno recibe acorde a su proceder sea justo o injusto, es claro que, la diferencia de frutos recibidos es determinado por el empleo de Justicia. Empedernidos en ensalzar lo infame, bastardear e inocular toda acción de acercamiento a Dios, se regodea en la decadencia producida; al grado de ufanarse por antípoda de valores morales.

 Por doquier, somos  constreñidos a realizar injusticias, pero aquí radica la fuerza de carácter para realizar lo que parezca mejor, y no seguir a la mayoría que por ser mayoría nunca tiene razón.