Tener continencia verbal junto con la pericia es la clave para obtener el favor y gracia de nuestros empleadores. Nunca olvide que la confianza y aprecio no se obtiene de la noche a la mañana sino  más bien es producto de arduo trabajo.

Antes de envidiar a quienes ya  poseen ésa estima de gracia y favor; esté dispuesto a ganarla con confiabilidad y pericia en tareas encomendadas.

Por cúmulo de injusticias cometidas tomamos a medida el agua e ingerimos alimentos sin saciarnos, el dinero se va como agua entre las manos procediendo de aviesas operaciones. Contamos con la solución a toda pobreza y languidez pero no accedemos a hacia la práctica de Justicia por estar avezados a la práctica de injusticia.

No concebimos el peregrinar sin atisbar ocasión para emitir la injusticia considerada; quien no procede de esta manera es un turulato, según consideraciones erradas.  Sin llegar a comprender que por la práctica de Justicia se alcanza la vida plena.

Cuando la ira desborda cedemos lugar a la violencia; tener ambiente beligerante torna todo más aprensivo. Parece que la complacencia hogaño es animalizarse; tratamos a nuestros impulsos de instintos otorgando auge a la ira. Queriendo, evitar responsabilidades acudimos al ardid más caótico posible; resultando contraproducente ya que a veces postergamos con mayor carga impositiva que atender en el momento, y sin ira.

 

Reveses para unos pasan a ser oportunidades de crecimiento, para los que saben capitalizar acorde a la Justicia. Lo requerido es saber discernir entre bueno y malo, y no en lo que gusta y beneficia al margen de la Justicia.

Ninguna acción aviesa tendrá fruto de Justicia ni vida perenne, sino al contrario todo lo procedente de maldad es de vida corta. Por eso, hoy  enfocados en la injusticia requerimos lo instantáneo; ya que la vida longeva y abundante está en la práctica de Justicia

 

La paz tiene estrecha relación con realizar el propósito de Dios en nuestra vida. Como no se busca la Justicia se transitan peripecias cargadas de zozobra con asiduidad.

La práctica de Justicia constante hace tener paz como fractales en medio de lo azaroso de la vorágine social. Clave es acudir a lo Espiritual en Cristo para que no sea un suplicio la práctica de Justicia.                                                            

Es necesario vencer el egoísmo, envidia, ambición y avaricia para adoptar el carácter que exige lo Espiritual.

Intentar postergar lo marcado como finiquitado por Dios, acarrea muchas consecuencias indeseables; es mejor, vivir de forma que sea satisfecha el área material por anteponer lo Espiritual y moral.

Muchas injusticias evitaríamos de comprender que la práctica de Justicia, provee para las necesidades. Hogaño englobamos deseos, caprichos y antojos como necesidades y, esto no es así. 

Intentar postergar lo marcado como finiquitado por Dios, acarrea muchas consecuencias indeseables; es mejor, vivir de forma que sea satisfecha el área material por anteponer lo Espiritual y almática.

Muchas injusticias evitaríamos de comprender que la práctica de Justicia, provee para las necesidades. Hogaño englobamos deseos, caprichos y antojos como necesidades y, esto no es así. 

Aunamos a la beligerancia de la sociedad con procederes egoístas, infames y avarientos; al desbordar la ira se asoma la violencia y como consecuencias de nuestros actos tenemos calidad de vida regido por procederes diarios. Desborda la ira por falta de contención Espiritual. Hogaño prima lo material y se obvia lo Espiritual y almática; ignorar que estás dos suple la material, es razón de tanta zozobra y detrimento.

Defenestramos de lo procedente de fe en Cristo sin comprender que ello rige sobre todo ámbito. Entre tanto comprender y practicar la fe, las penurias gravitarán sobre nuestra cabeza.