viernes, 28 de febrero de 2014

Retomar el camino de la honestidad cuando estamos habituados a realizar toda acción con engaños, infamias y obviando todo lo que es recto es necesario una convicción de una exigencia de vida, por ello las circunstancias adversas que llegan con tales requerimientos.

Bueno es que decidamos por convicción sin mediar alguna adversidad acercarnos a la Justicia,  honestidad y verdad de un estilo de vida grato delante del Creador.

Creamos o no, sus reglas actúan según los pasos que damos en la vida.
Lo que hemos notado que causa algún daño a nuestro avance dentro de lo que es rectitud, honestidad y buen juicio deberemos apartarnos de ello, de lo contrario recibiremos pago semejante de lo cual recreamos la vista.

Lamentable mente hoy toleramos todo sin querer discernir entre lo bueno y malo, sólo nos limitamos a recibir todo lo que produzca placer; olvidando que recibiremos de lo ofrecido a nuestros semejantes en el tiempo menos esperado y de la persona insospechada.

Nada tiene que ver buena o mala suerte en lo recibido de nuestro desempeño diario, más bien esta directa mente ligada nuestras reacciones en las decisiones diarias, esto es el que ofrece honestidad recibirá honestidad en todo asunto.

La reacción tenida como normal hoy es la agresión, soberbia e infamia por esto mismo palpamos, en cada momento la hostilidad, falta de paz y seguridad que sólo brinda la Justicia de lo alto.
Lo de beneficio que se nos presente deseamos tener  para nuestro empleo, sin necesidad aparente de ello, esto es por nuestro egoísmo obviando que con esta actitud estaremos dejando a otros que si requieren de ese beneficio.

Lo mismo acontece con bienes que no nos es  necesario, tratamos de acaparar aunque en breve estemos desechando ese bien que otro pudiera usar mejor que nosotros, pero por  nuestra intervención esa persona padecerá  escases de oportunidades para su desarrollo.

De la misma forma que decidimos ser tropiezo o adelantar en su desarrollo a otros, los demás lo serán para nuestro desarrollo “De lo que siembres de procederes de eso cosecharas, recordemos esto cada vez que estemos listos a emprender algo.
Las personas que se acercan a nuestra vida, pueden ser por interés o lo menos frecuente ser instrumento de apoyo para extraer un carácter de bondad, humildad y honestidad.

Saber diferenciar está en observar palabras, pensamientos y acciones del comportamiento de la persona en cuestión.

Cada persona tarde o temprano colocara en manifiesto la verdad de su interior, sólo basta un poco de paciencia.

Nuestra tarea relevante es no confundir los tratos que cada uno merece por su actuar hacia nuestra persona.

Padecemos muchos defraudes emocionales precisa mente por tratar al que nos ayuda, como al que sólo busca obtener bien nuestro sin ánimo de edificar algo de nuestro carácter, aunque en actos específicos logran dejar algo.
Las oportunidades, que muchos denominan a las ocasiones para la injusticia, violencia y depravaciones son más bien, lazos para sumergirnos en adversidades; dado que la mayoría de la población desprecia la rectitud, bondad y honestidad olvidando que esto es necesario practicar para disfrutar de larga vida, en abundancia de todo bien y seguridad.

Si algo del presente nos causa actuar fuera de lo recto, sabio es que abandonemos aquello que nos aleja de la rectitud y honestidad.

Aunque si somos realistas no queremos dejarlo porque nos gusta o nos conviene y preferimos el presente a un futuro seguro.

No caigamos en la trampa de creer que vale más lo esporádico del presente con injusticia que lo verdadero edificado con justicia de lo alto que cada uno puede hacer en honestidad y verdad manifestando de Dios aquí en la tierra.
Las cosas  marchan de maravillas y no precisa mente por practicar Justicia y rectitud, ¿esto está diciendo que vamos por buen proceder?

No siempre que algo acontezca bien o mal será indicativo, de nuestro proceder en ocasiones será indicativo y aliciente para abandonar nuestro proceder injusto, pervertido y basado en el egocentrismo.

Saber diferenciarlo es crucial para trazar nuestro camino de vida en largura de días y abundancia de dichas donde nada tiene que ver lo financiero

Tenemos una conciencia despierta o dormida, según el cúmulo de acciones Justas o injustas practicadas.

En todo momento despojé-monos de palabras, intenciones y pensamientos que extravían nuestros sentidos de la rectitud 
Las atenciones o distinciones recibidas con llevan una incógnita, de saber  intenciones subrepticias que da origen a tal atención, esto porque a fecha estamos acostumbrados a la realización o negación de acciones dependiendo del monto de beneficios obtenidos por esa acción.

Poco atendemos a las recompensas adquiridas por operar en rectitud, Justicia y honestidad, alejando nuestros ojos de lo visible atendiendo lo importante de todo ámbito que es lo Espiritual.

Los elementos que llegan a nuestro poder no siempre serán, para nuestro uso sino para socorrer a otra persona.

 Tanto conocimiento, herramientas y habilidades deberemos tener dispuestas para apoyar a los que soliciten y discernir a quien brindar la ayuda.
La manera de prosperar es practicar en todo momento honestidad, bondad y Justicia logrando tener momentos de avance en misericordia, paz y serenidad en medio de ambiente angustiadores para los de accionar egoístas, deshonestos y depravados.

Como todo mundo desea prosperar pero omitiendo un proceder honesto, todo lo que obtenemos es ataduras, adicciones y angustias a granel, donde somos ingenuos creyendo que con un mal proceder obtendremos buena calidad de vida.


La gran alegría llega a nuestras vidas no por las cosas que nos rodean sino por saber actuar diaria mente dentro de la honestidad, Justicia y veracidad si el cúmulo de acciones practicadas es de continuo injusto tengamos por seguro que no sabremos discernir, una buena acción de las acostumbradas.

Salvo que las buenas las consideraremos como tontas o algo peor donde no aprovechamos para hacer injusticia, violencia y toda clase de perversidad.

Continuando con las acciones injustas cada día nuestro campo de oportunidades se cierra al punto de asfixiar nuestra vida en todo ámbito desempeñado.

Deseamos buenas cosas para los nuestros y nosotros empecemos a transitar por lo que esta sociedad considera tonto como la Verdad, honestidad, Justicia y rectitud.
Encaminamos acciones para nuestro prójimo de tal manera que importa poco el daño causado  a esa persona, con tal de tener el beneficio máximo para nuestra persona.

En todo ámbito estaremos accionando de forma egoísta  sino despertamos nuestra conciencia del adormecimiento de la injusticia y depravación que se acrecienta con nuestras acciones malvadas, donde no queremos discernir entre lo correcto y lo incorrecto no delante de los hombres sino del que nos ha prestado un tiempo sobre la tierra, para nosotros evidenciar si somos dignos de larga vida o no, por la práctica diaria de Justicia, veracidad y bondad.

A fecha añoramos la paz, seguridad y veracidad olvidando que deberemos actuar de esa forma para  recibir tales acciones; tratamos en todo momento con falsedades, envidia y deshonestidades recibiendo el mismo trato para nuestros asuntos, no es difícil escasear por personas en quien confiar
El obtener gracia delante de quienes sustentan poder adquisitiva, política o social, no es cuestión de suerte sino más bien consecuencias del desempeño diario en todo recordemos como tratamos, seremos tratados.

Alargamos nuestras manos a la injusticia, mentira o deshonestidad, de esa manera estamos definiendo el comportamiento que sostendrá nuestro diario vivir.

No esperemos lo que no hemos procurado con nuestras acciones, por esta falsa expectativa se ha decaído en actuar en verdad, justicia y honestidad pues casi todos operan en injusticia y violencia; llegamos a tomar este proceder como normal por la ausencia de Justicia de lo alto.

No atendemos que la maldad ha crecido porque no mostramos rectitud a los que nos rodean, si deseamos un cambio empecemos por nosotros mismos.
Durante tenemos vida es viable definir muestra postura dentro del ámbito de la rectitud, para obtener de lo que produce la rectitud y Justicia que es paz, seguridad y largura de días.

Si alguno de estos elementos no conforman nuestro vivir es porque en acciones diarias no practicamos rectitud, bondad y honestidad.

Estamos convencidos que el prosperar es sustraer a los demás lo bueno que pueden obtener para nuestro bienestar; la verdad es que de esta forma jamás disfrutaremos de lo obtenido, pues no lo obtenemos legal mente.

Actuar dentro de la legalidad es accionar bajo los parámetros de Justicia, derecho y responsabilidad divina.
Al mostrar agradecimiento cosa tan extraña a fecha, cuando nos comportamos como si los demás tuvieran obligación de hacernos bien, independiente mente de nuestras acciones diarias.

Recurrimos a la violencia, mentira e injusticia para obtener lo que deseamos, importando poco los medios utilizados, para la obtención de lo deseado.

Jamás consideramos que de la calidad de acciones ofrecidas a los que nos rodean, será como nos tratarán esto es si hemos actuado mintiendo, en injusticias y violentando así será donde quiera que vayamos, si decidimos modificar nuestro desempeño podremos evidenciar la diferencia.


Al empezar una acción la mayoría estampa la calidad mejor, al transcurso del tiempo, esa calidad va menguando hasta rallar con lo ridículo; en parte lo asumimos a la falta de valorización de nuestro actuar.

Eso lo tomamos como excusa, para practicar deshonestidad, injusticia y violencia creyendo que esta actitud va llevarnos a la mejora circunstancial, cuando en verdad nos sumerge en decadencia menguando confianza y moralidad que nos dará mayores oportunidades en todo ámbito.

Este es la excusa para que todo nuestro accionar, sea dirigido a la falsedad, injusticia y violencia con el engaño de que esto retribuirá bienestar.