Acaecen vicisitudes que presentan actos duros de aceptar que nos favorecerán; pero a la larga comprenderemos que fue lo mejor. La muerte es parte de la vida 1. Nacer 2. Crecer. 3. Reproducirse. 4. Morir. Estar consiente que acompañamos o nos acompañan en fases de vida, es algo duro sin esperanza eterna. Cimentemos nuestros actos en la Justicia y veremos días felices, a pesar de las adversidades que son parte de la vida. No permitir que el desespero reste buena óptica es algo individual y mejor aremos si este abrupto nos conduce a la eternidad, para dar relieve celestial a lo que aparenta adversidad.

Muchas ocasiones, deseamos que realicen algo hacia nuestra persona los demás; pero no deseamos realizar el ínfimo acto de perdón, misericordia y bondad. Recuerde, se recibe acorde a lo ofrecido; no esperemos actos fuera de nuestro desempeño. Es manido pedir Justicia y misericordia cuando las vicisitudes emergen; sin saber que es por Justicia que obtenemos momentos y acciones para rectificar nuestro proceder. Días felices están tras, apartarse de injusticias, no hablar perversidades y practicar el perdón. Nunca olvide, directamente proporcional como perdonemos nos perdonan; así la bondad y misericordia no debe apartarse de nuestro flanco.

Alinear hechos presentes que al proceder Justo en esperanza en Cristo ; espera cien veces más de lo que a vista presente deberemos desistir para manifestar paz; resulta una estulticia para todo proceder sin esperanza eterna. Pero la fe no es un salto al vacío; evidencias tenemos, cada día, de su bondad, misericordia y guia; el meollo del asunto es decidir proceder sin injusticias, malicia, artimañas o embustes, para empezar a presenciar lo pletórico de la vida no libre de avatares.

De querer alcanzar la vida pletórica, procurar la paz con todos es crucial. Recuerda, los humanos tenemos impulsos (son dominables) los animales tienen instintos (no son dominables) Por ello no prestes tus miembros a la injusticia. Pulula la belicosidad, estridencia y mentira por el transitar sin esperanza. La falta de esperanza muta la ira y escollo en violencia; sin percibir el camino viable, para la vida pletórica en Cristo. Avenimos a cosas sui géneris con exigencias materiales, que no implican la práctica de Justicia, con resultados siniestros y perjudiciales.

Practicar Justicia es viable y no suplicio, desde el ámbito espiritual en Cristo. Internalizar el carácter de Cristo conlleva en ocasiones pasar por actos de estulticias, por no alargar la mano a la injusticia, desde el punto de vista de la muchedumbre. Hogaño que prima la belicosidad, rapiña y mentiras resulta desconcertante, quienes deciden actuar a contra mano de lo ordinario. La verdad tiene un precio, por eso muchos la evaden tomando la mentira que pergeña muerte.

Desmesuradamente expresamos en ausencia lo que en presencia decimos con recato. Así, como es bueno escuchar las dos partes de un conflicto, para un veredicto certero; es necesario para tomar cariz efectivo de una relación. A todo nivel cultural o adquisitivo tenemos presente este aspecto del carácter humano, que es inherente a la falacia e hipocresía; pulula cuando debería ser desterrado, de nuestro proceder. Lamentablemente, es metodología de vida la mentira, engaño, e injusticia; que incrementa el intersticio entre la vida pletórica, y afirma en la decadencia.

El discernir es tomar lo verdadero y bueno obviando lo avieso, injusto y herrado. Un instante es necesario para tomar elecciones de actos que serán lastre, y tendremos que lidiar con esas consecuencias toda la vida. Ser amo de lo que callamos y esclavo de lo divulgado o proferido, se aplica también a nuestros actos. La prudencia no abandonar y serenidad gozaremos. En el momento de euforia perdemos noción de bueno y malo, perjudicial o benéfico cuando priorizamos lo presente sin atender lo futuro.