Todos por
igual, podremos acceder a perdón de transgresiones y pecados. Lo único, que
falta es que aceptemos tremenda realidad no por ritos o religiones, sino por
actitud de desempeño diario; accionando en justicia siempre.
La parte
donde, muchos claudican es, por tanto entronizar la fragancia de rectitud en
las acciones diarias.
Aquí, está
el punto medular; en que la fe logra lo imposible desde la perspectiva de la
injusticia, estridencia y egoísmo. Por sí no crees, que tienes algo que
erradicar del proceder; mira no la chequera, sino el propósito de vida; asegura
que sea de edificación de no ser así malogras la existencia.