Por cuanto, la maldad crece directamente proporcional al pensar y actuar en lo infame, aberrante y egoísta; recibimos adversidades por doquier. Jamás avocamos por acciones rectas y Justas; Ya que hemos defenestrado de lo Espiritual (Cristo) lo único, que puede activar el ámbito Espiritual; que brinda las fuerzas para practicar justicia.

 Recibir vida placentera acorde a la Justicia; poca, relación tiene a lo presente pues, ella supera lo sopesado.

Con ser, buena persona y  acciones justas ¿Ya al canso la vida placentera? Pues bien,  primero activa la fe y como consecuencia de ello; realizarás acciones que desde perspectiva sin fe; son muy onerosas o de gran contenido no grato.

Las fuerzas, para realizar acciones correctas provienen de lo Divino (Cristo); de otra forma serán un sin sentido. 

De hacer, gravitar males sobre nuestro ser por procederes injustos; deseamos el doble para nuestro prójimo por eso,  somos expansivos en difundir malos hábitos.  Ignoramos que el proceder de la vida placentera; lo tenemos cuando influimos a bien a los demás.

Hogaño afincamos todo proceder a la injusticia, estridencia y egoísmo; varando todo proceder Justo. Por eso resulta estorbo ver hacia la Justicia; nunca, llegando a la vida abundante decantando por la injusticia.

Acostumbrados a lo lógico y racional; no concebimos, el operar de la fe que va fuera de lógica y racionamiento carnal; ya que opera en lo Espiritual. Por ello, resulta inconcebible “que a través de la bondad aumentará nuestros bienes”. La lógica indica que es por retener; pero el retener es algo de avaricia marcado como antitético a valor de cultivar.   

Sin analizar, de ello acogemos como instrumentos de mercadeo la avaricia y la codicia; ignorando que este es el camino perfecto hacia la pobreza.

Nadie, logra percibir de su carácter de cobarde (cuando adherimos a la mayoría sin atisbar la verdad, honestidad y Justicia contenida en ella); chismoso (obviando la verdad, acondicionando todo a nuestro beneficio para salir con alevosía difundiendo errores de los demás; antipático (por ser, mendaz perdemos credibilidad); hechiceros (cuando realizamos, manipulaciones con el fin de constreñir a los demás); idolatra (cuando regimos en torno  al dinero, u otro incentivo; que aparta la preeminencia de la práctica de Justicia).

Son algunas de las acciones que impiden alcanzar bendiciones. Limpiémonos de tales prácticas (obviando toda injusticia) y seremos prosperados en el propósito de vida.

Muchos, anhelan poseer bendiciones; pero obvian que a los que habitúan proceder en verdad tienen muchas bendiciones. Bendición es todo lo requerido para adelantar nuestro propósito sobre la tierra, lo apreciemos o no. La verdad es una persona que conglomera Justicia, honestidad, bondad y misericordia.

El practicar verdad comenzará por la Justicia así que, las demás emergerán. No petrifiquemos nuestro desempeño a la injusticia, sino despertemos hacia la Justicia.

Nuestras acciones, determinan que tan prolongada será la vida sobre la tierra; de la misma forma las benevolencias procuradas o adversidades ocasionadas. Ya que nuestras acciones siempre proveen lo propiciado. Es decir,  queremos bondades así, procedamos; el desempeño violento, egoísta y mezquino genera adversidades.

Hogaño, toda acción se avecina a bastardear y defenestrar los valores morales, estribando en calidad deplorable. Afianzar todo proceder en el pensamiento débil; parece ser la norma usada para el detrimento generalizado que evidenciamos por doquier