Al estar cavilando la maldad e injusticia, ya estamos concibiendo la perversión, que dará a luz la falsedad, cobardía e infamia esto acarreará  que la perversión tramada a otros, se revierta hacia nuestra cabeza; violencia practicada descienda a nuestra puerta.

No preguntes con cara de ingenuo el ¿por qué de acontecimientos suscitados en casa? Tales como envidia, pérdida de confianza, falta de compasión entre otros.

Muy bien sabremos que el desempeño hacia otros, en forma y modo nos alcanza por el menos esperado.

Cosas para desechar si deseamos encontrar benevolencia, cuando clamamos en medio de angustias:
la arrogancia, soberbia, egoísmo e infamia y mentira encabezada por la maldad y cobardía, también todo estilo de iniquidad, matizado con fines sanguinarios.

Así pareciera que quitamos sabor a la vida, cuando en verdad quitamos lo que estorba a obtener vida abundante que consiste en obtener nuestro bienestar por la Justicia practicada. 

Que todas nuestras acciones sean sustentadas en la rectitud y honestidad es cosa difícil, cuando somos atraídos por la inclinación de nuestro corazón hacia lo infame, injusto y deshonesto es donde mayor placer encontramos.

Eso tan manido de sigue tu corazón, parece que nos ubica en intrincadas forma de vida, disperso de lo que es vida placentera, realizando lo estipulado para cada uno.

Actuar rectamente se ha vendido como cosas de tontos, cuando es al inverso, tontos son los que continúan practicando lo ya conocido que sumerge en detrimento, pero por encajar en el grupo social de la mayoría no dudamos, soslayar lo incorrecto con tal de obtener beneficios.

 

Cuando eres privado por causas ajenas a tu voluntad de habilidades o destrezas, procura desarrollar otras que estén dentro de tus nuevas posibilidades y no pierdas tiempo en lamentos y añoranzas.

Cerciorarse que siempre asista la Justicia, bondad y honestidad en toda acción realizada, asegura el éxito en todo ámbito.

Mucho pueden cargarte de buenas intenciones, mas lo que produces al final será lo que coseches. 

Deseamos sin atender lo requerido para, sustentar convenientemente lo deseado, no  derrochar esfuerzo y tiempo en lo que no está, dentro de nuestras capacidades, puede sonar a conformismo, pero sino estamos dispuestos al esfuerzo que amerita  el correcto desempeño de lo deseado, mejor enfoquemos fuerzas por lo que sí estamos dispuestos a trabajar duro.

Atender hacia donde orientamos nuestras acciones, brinda la madurez si la justicia, verdad y bondad está presente, de lo contrario toda acción realizada será recta en nuestro parecer y todo lo que opine lo opuesto estará errado, pensando así jamás la madurez tendremos.

Al momento de transitar por situaciones poco cómodas, solemos renegar de todo, afianzando el pensamiento de daño, hacia todo lo que se nos acerque, sin averiguar verdaderas intenciones.

 Esto es para los que no quieren rectificar su proceder, obteniendo de ello solo sufrimiento y dolor sin divisar la oportunidad de asirse a lo mejor que se avecina.

Tenemos en menor cantidad los que aceptan rectificar su proceder acorde a la  Justicia, honestidad y bondad  que logran comprender las grandes oportunidades tras la fachada de esfuerzo, o incomodidad cuando decidimos comenzar operar en honestidad.

El propósito de las aflicciones y adversidades ya que las hemos propiciado, con nuestro desempeño injusto  y egoísta, es de abrir nuestros ojos a una perspectiva desde la cual podremos rectificar nuestro desempeño de vida; cuando aparecen sin relación con un proceder injusto, es para superar y salir hacia algo mejor pero el punto es perseverar en la Justicia.

Aquí tiene sentido Él salva al afligido con la aflicción abriendo oídos con el sufrimiento, para salir de las garras de la aflicción, de no comprender esto solo sufrimiento encontraremos y nunca lo mejor.

La mayoría no captamos y perseveramos en iniquidades, por lo cual las mismas acciones realizadas donde no sustentamos el derecho y la Justicia, conducen a perecer en todo sentido.