miércoles, 27 de marzo de 2013


Al obedecer a las personas que nos estiman y procuran nuestro bien, tengamos por seguro que siguiendo sus indicaciones tendremos seguridad de practicar lo más  correcto ante esas personas.

De  mejor manera si obedecemos a los lineamientos de nuestro Hacedor, recibiremos el poder de reinar sobre toda adversidad siendo receptores de vida abundante lo cual no se limita a lo material,  sino se extiende hacia lo más descuidado de la sociedad que es la parte Espiritual, que debemos tener activado, por nuestras acciones Justas, llenas de bondad hacia los que necesitan socorro y califican dentro de lo justo para recibirlo.

Por todo lo anterior fijémonos que nuestra obediencia está dirigida por la Justicia, rectitud y Fe de quien Todo lo puede.

 

Cando envidiamos el desempeño ajeno se nos olvida, que para lograr un poco  de mejora en un área específica  es necesario un minino de esfuerzo, trabajo, y lo más importante para mejorar es, quitar de nosotros todo hábito o artimaña que no contribuya a la obtención de la mejora deseada.

Estamos muy dados a desear mejoras observadas,  más no deseamos emplear un poco de dedicación examinando nuestras acciones hábitos y manías, que deberemos quitar para acceder a la mejora deseada.

Con algo práctico  como el observar la figura lograda por las gimnastas, olvidamos olímpica mente toda disciplina y esfuerzo requerido para tal desarrollo.

El discernir que debemos rectificar algo de nuestro proceder, no es cosa de nuestra intención y voluntad sino más bien capacidad Espiritual activada por una convicción de actuar recto y justo que causa una comprensión no fanática de que fuimos colocados para algo específico.

La comprensión llega por alguna circunstancia de vida o muerte, es hasta entonces que prestamos atención a los avisos anteriores, porque la bogaren  conducta de vida y nuestra tozudez nos impele ver que la verdadera vida es rectitud y Justicia y no lo que vemos injusticia, fraude, violencia y robo.

La casual de que los que siguen esta conducta de vida, se conformen con sobre vivir y no con vivir la paz que produce la Justicia.

 

El lograr lo mejor no es consecuencias de prácticas deshonestas e injustas, sino estas irán acompañadas de Justicia, contentamiento y rectitud ante la manera de tomar la vida y el manejo que le otorgamos a eses bienes recibido.

Parece que la mayoría de l0os que buscan empleados utilizan el principio de si eres fiel en lo poco te confiarán un poco más, y es en este punto donde la ambición y avaricia salta para no lograr lo mejor.

Para evitar este derroche tendríamos que operar en todo momento en rectitud, Justicia, contentamiento y honradez; algo que se toma como detestable ante una sociedad inmersa en la corrupción denominando  bueno a lo malo, dado que no ha querido practicar rectitud.

Pocos son los intrépidos  que han determinado ser modelos de Justicia, Rectitud y honestidad en contentamiento con nuestros logros de rectitud  y Justicia que nos provee paz duradera en todo ámbito de la vida.

En época donde cada individuo procura por todo medios injustos, hacerse de los medios económicos  con el menor esfuerzo posible es poco frecuente encontrar un carácter de vida haciendo algo más de la rectitud, honestidad y Justicia, requerido  para ser receptor ce vida abundante

Como el carácter estimulado por todo medio es lo cruel, violento, mezquino e injusto en abundancia por todo medio posible; consideramos por comodidad que este desastroso carácter de vida es el mejor no queriendo comprender que existe  aún un carácter de vida basado en justicia, integridad, prudencia y verdad esperando por nuestra decisión de tomarlo como carácter de vida prospero longevo y en paz, digna de ser portada por doquier a cara levantada.

No es de extrañar que no encontremos oportunidades laborales pues  todo empleador desea un empleado habilitado para ser receptor de confianza, bajo la premisa de que se maneja en todo asunto con justicia y alegría no por obligación llegando a realizar todo lo que este dentro de sus capacidades superando lo exigido.

La situación actual nos recomienda por salvaguarda personal, no inmiscuirse en conflictos ajenos ya sea por comentarios, física mente o alusiones al estilo de vida de los afectados, pero existe algo que pasamos por alto.

El consentimiento que otorgamos hacia los que conocemos, con nuestro silencio a toda obra perversa, es la aprobación de nuestra parte para que se siga dando y hasta agravando y afecte a nuestra persona.

Existe un dicho que reza “Reprende exhorta  a los que estimas o compartes afinidades, tal ves para que sea considerada tu advertencia”.

Cuando decidamos reprender a alguien debemos primero contar con un estilo de vida que no cuente con fallas como las que pretendemos enmendar.

Las cosas que debemos realizar en ocasiones se tornan difíciles de lograr por dos razones principales:

1.-Debido a la enemistad que el cúmulo de acciones  generamos, con nuestra injusticia practicada, mentira, robo y violencia.

2.- Debemos ser consiente  que la perseverancia, es necesaria para la obtención de todo buen fruto, que emana de Justicia.

Con la calidad de acciones que tapizamos nuestro entorno, esto es con bondad, veracidad y Justicia practicada seremos receptores de la misma calidad ofrecida, esto es válido para el otro entorno injusto donde las adversidades son constantes este entorno es la injusticia.
 3.- En raras ocasiones actuamos recta mente, más sufrimos como injusto esto es para que practiquemos perseverancia haciendo el bien, sin desmallar y sea afirmada nuestra convicción de continuar practicando el bien, que cosecharemos algo más grande de lo esperado.


Poder distinguir entre lo bueno y malo entre lo limpio y profano  cuenta, mucho la claridad de los sentidos con los cuales percibimos  y basado en esto  tomaremos decisión.

Nuestras paciones son las que se encargan de extraviar nuestros sentidos, cuando no tomamos dominio sobre ellas.

A fecha poco nos interesa estos menesteres, procuramos tener beneficios palpables aquí y ahora, importando poco la forma Justa o injusta de obtenerlos.

Siendo esta precisa mente la forma que lleva a nuestra decadencia moral y Espiritual para no querer acudir a lo único que nos proveerá paz, la Justicia que desciende de lo alto y que podemos transformar en conducta de vida.

Ser testigo implica  poder ver manifestado aquello  de lo cual proferimos y como consecuencia de ello, saber lo mínimo si esquí testificamos de algo bueno y grato que adelanta un proceder de vida recto.

Por decir algo pasan por casa los que dicen ser testigos de algo, y en una plática fuera de sus temas de religiones, no evidencia nada de lo que pretenden vender como creencia.

Sus vocabulario, expresiones corporales y énfasis  de sus argumentos,  demuestran que están adoctrinados a repetir algo más no a hacerlo evidente por sus procederes diarios.

Creo que esto es similar a un vendedor, deberá  usar el producto que vende de lo contrario no venderá mucho.