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Al salir un servidor de Dios que deberemos ser todos los Cristianos es necesario cambiar de vestimenta analogía del léxico, para ser comprendido por los de afuera, pero que esto no implique la decadencia.
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Es [manido] usual que los gerentes de babilonia porten su jerigonza de términos que ni ellos mismos aplican correctamente.
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Cristo es el sacerdote que hizo expiación por las faltas alejadas del carácter del Reino de Dios.
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Lavar en Jesucristo nuestros pecados es lo que nos hace ser parte de la familia de Dios apartándose de esa conducta que trasgrede.
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Por hacer lo que no se debe hacer dentro del carácter de Jesucristo, basta dejar de practicar con genuino arrepentimiento por fe como vehículo a la vida pletórica. Recuérdese en todo tiempo, el único Dios verdadero Jesucristo no tiene imposibles.
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Al Internalizar su Palabra en vida diaria es donde evidenciamos su poder o en quien la practica.
Ceñirse a la vida justa parece estulticia en la vorágine social presente pero ahí radica el triunfo en no prestar atención a ello.
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De nuestras acciones y procederes recuérdese que prioridad es Dios, para no ir ofreciendo perdón por nuestras [falencias de carácter] errores.
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Todo es recibido acorde a lo ofrecido a los semejantes no pidamos justicia de no ofrecer en trato diario. Ante todo deberá emanar de nuestro carácter la rectitud, justicia y misericordia.
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El que ofrenda deberá tomar la iniciativa en el sacrificar con buena disposición no de obligación, sino de actitud conforme.
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Hodierno, vemos muchos supuestos de buenos corazones pero no convencidos de su acción, sino arrepentidos.
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