Es cierto que practicar Justicia y no convencía implica más esfuerzo visible; pero lo que no tenemos experimentado es que, fuerzas extraordinarias sustentan a los que deciden actuar en Justicia. Haciendo sumamente liviano el completar toda Justicia. Sin necesitad de alargar nuestras manos a la injusticia. Lo que sí deberemos tener claro, la injusticia jamás produce algo para disfrutar. 

En todo momento, buscamos ganancias de manera que implique el mínimo esfuerzo posible. Lo más cercano, es la injusticia que de tan practicada es normal a todo desempeño; pero nunca consideramos la Justicia que brinda lo necesitado y no antojos o gustos. Un actuar fuera de injusticia: Honesto, íntegro y en bondad lo estigmatizamos de tonto y un actuar en: Latrocinio, infamia y perversión lo consideramos listo.

Así de errático es nuestra recepción de la vida que no se otorga espacio a procurar la vida abundante. Donde obtendremos más de lo deseado dentro de Justicia.

A costa del mínimo esfuerzo se desea, obtener grandes beneficios. Como lo más cercano es la violencia, rapiña y robo; no dudamos practicar y considerar como bueno lo que brinda resultados poco alentadores para tener vida abundante que es la maldad.

Signo del aumento de la maldad es la violencia expresada en toda acción realizada. La maldad degrada tanto que cometemos los actos más infames e injustos por avaricia.

Deseamos tener toda bondad y bienestar; pero tratamos de cazar al prójimo para sustraer todo lo que podamos importando poco la Justicia, misericordia y bondad. Predomina el pensamiento de malicia, daño y destrucción contra todo lo que no sea nuestro.

Lo único que se requiere para alcanzar la abundancia que anhelamos es: practicar Justicia y amoldar nuestro carácter a la misericordia para amar su proceder.

Lo complicado es desear la abundancia desde el ámbito de la injusticia como hoy. La abundancia se otorga desde la Justicia, bondad y honestidad; no desde la injusticia predominante en todo círculo social.

Por doquier piden tolerancia referido a cosas  de infamias. La persona carente de carácter, y sujeta al pracmatismo accede directamente proporcional a los beneficios recibidos, vejando toda rectitud.

 Por eso no, estañemos la ignorancia ante la Justicia (Es aceptar que lo divino rija en todo proceder.)

Aquí, se reducen los rectos pues son pocos los que practiquen rectitud.

Hemos quitado toda restricción olvidando que, libertad opera cuando tenemos normas sino tendremos desenfrenos. Como a fecha podemos divisar, quitando toda moralidad hemos propiciado la injusticia.

No lamente los reveces de la vida, porque los procederes injustos, violentos y mezquinos propician toda infamia y carencia. Deseamos disfrutar de paz y seguridad, abandone ese afán de pervertir todo lo que toca con las mejoras que atribuye a la maldad y realice Justicia, verdad y bondad.

No podemos decir que seguimos la Justicia, cuando la mentira, violencia y palabras infames articulan toda expresión y el problema radica en que nuestro vientre será saciado de lo proferido. De la abundancia de lo expresado se llena nuestro corazón.

Las adversidades, angustias y reveses o vicisitudes de la vida una parte las invocamos con nuestras acciones; pero otras llegan como ocasión para salir aprobados y subir de nivel. Nunca alcanzamos  ver la oportunidad de progreso en medio de pruebas; pero este es el propósito de ellas.

Tendremos, que abandonar todo afán de malicia para seguir la Justicia en verdad practicando de ella en vida diaria así alcanzar la vida abundante.

El habituado a practicar males no considera realizar tarea sin hacer daño. Seria; perdida de oportunidad según su apreciación. Causa principal de nuestros sobre saltos es la infamia practicada.

Lastres de maldad impide que la vida abundante llegue pronto. Vilipendiar la Justicia, honestidad y bondad sumerge en decadencia.

Se recibe m'as cuando ejerces bondad no cuando retienes.