Compartir con débiles Espiritualmente es donde veremos cumplido la frase mejor es dar que recibir, haciendo referencia a la bondad en misericordia.

Estamos en permanente sintonía Espiritual que por descreimiento no sepamos obtener lo mejor de esta pista de prueba llamada vida, no anula recibir conforme a nuestras acciones ya que él que ha hierro matá ha hierro muere.

Existen ocasiones donde es necesario parar en él frenesí y euforia de acciones de toda índole  a fin de no caer en  autosuficiencia donde perdemos de vista nuestras debilidades y que son bien capitalizadas por los oportunistas que observan no por nuestro desempeño sino por lo que pudieran obtener.

La mejor manera de evitar esta rapiña, es actuar diariamente en honestidad y rectitud pero como estamos adiestrados a la injusticia y violencia, no modificaremos salvo un golpe hacia la muerte cuando creemos tener todo en control.

El apartarse de acciones injustas y violentas consiste en cambiar la mentalidad y no participar de esos afanes, de lo contrario jamás veremos diferencia entre Justo e injusto.

Se evidencia la suciedad de los objetos o conducta cuando se presenta ante lo sucio algo más limpio, esta puede ser la causa por la que rehuimos a las conductas Justas prefiriendo ser de la mayoría.

No existen muchos modelos de vida honesta y recta que pueda aseverar que esta es la forma correcta, de obtener paz,  larga vida en abundancia hacia Dios y los hombres.

Se aprende fácil las ramplonerías que a fecha no se duda expresar, considerando que la comunicación consiste en palabras repetitivas carentes de valor y significado.

El lenguaje que antes identificaba persona no fiable y deshonesto, se adopta como normal olvidando que el detrimento es hacia nuestra persona pues como podremos alegar credibilidad después de escuchar sí usamos tales zarandajas, es lógico que además de nuestras acciones seamos consecuentes porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Cuando realizas la advertencia y se ignora esta, solemos participar con los obstinados hasta el límite de no quedar perjudicado, olvidando nuestra motivación real de advertencia.

A fecha profusamente la envidia, celos y rivalidades tratan de corromper, donde observan que otros obtienen beneficios y no se atiente si estos son adquiridos con justicia que tienden a vida larga y sin carencias, o matizamos nuestro desempeño con injusticias, violencia y abyecciones obteniendo angustias, adversidades y corta vida. 

El actuar con acepción de personas sobre todo cuando interviene beneficios de toda índole, es moneda corriente del desempeño actual.

Lo que mueve nuestras acciones parece que es el beneficio superponiéndose a lo Justo.

A fecha lo exaltado y loable es la alevosía,  donde la injusticia rinde frutos que parecen mejorar la vida pero la sumergen en decadencia y detrimento.

La Justicia, rectitud, honestidad es tomada como debilidades cuando en verdad es el detonante de frutos de larga vida y placentera.