Todos anhelan riquezas e ignoran que existen capacidades para administrarlas. Nunca tomar el dinero más allá de la herramienta que es; calma los nervios y es contrafigura de la felicidad, pero no cubre requerimientos Espirituales. La idea de muchos es dinero para lapidar, y pocos dinero para producir más dinero a través del trabajo; aquí tienes el origen de ricos y pobres. Empieza a ser prudente desde hoy y planifica cuanto puedas sin caer en la avaricia y egoísmo.

Decir y no accionar conforme a lo hablado, es el daño preponderante de la decadencia. El testimonio personal que portas a doquier y aflora en todo sitio, será el que otorga confiabilidad y se abra puertas o se cierren ante la imprudencia mostrada. No olvides que la Justicia, misericordia y Fe en Cristo, será siempre baluarte contra embates que incitan a la decadencia y demitir de toda convicción de Justicia. Es inherente a un talante Justo la práctica de la verdad.

Todos somos llamados a portar vida pletórica, pero pocos responden afirmativamente, practicando lo que evidencie el carácter requerido al llamado que es Justicia. Hogaño que se decanta por lo deplorable, infame y aberrante; resulta anormal lo que debería ser laudable que impulse hacia lo recto y honesto, pero topamos con cariz que defenestra de la aceptación de la mayoría. Si la mayoría lo elude es porque nunca la mayoría tiene razón y hace lo correcto; por tender el corazón hacia el mal y no practicar Justicia.

En apariencia existen personas beatíficas y afables, pero al sustentar algo de poder tornan hacia lo déspota e intolerante. El verdadero carácter de una persona, es descubierta cuando sustenta algo de poder. Por ello, Siempre existirán los opresores y oprimidos, que son los pobres por lo regular, por la actitud de todo hombre a guarnecida en su corazón que es la soberbia, petulancia o postín de los que no poseen algo de poder. Jesús de Nazaret dijo que esto no sería así, en su reino; algunos hijuelos portan este comportamiento, indicativo que esos hijuelos no son de su reino. El comprender e internalizar el carácter de Dios hecho carne es lo que nos convierte en hijos, no la asistencia a un club denominado iglesia o practica de sus ritos.

Colocar la mentira, fraude, violencia y egoísmo como metodología de vida es pragmáticamente fácil; ignora los lineamientos de vida pletórica por única vez y te parecerá que estas acciones son una especie de llave mágica, pero en realidad conducen a vida en detrimento. Por nuestra parte, adoptamos mansamente todo lo deplorable; eludimos procurar lo recto, honesto y de verdad; estribando en la decadencia por no querer hacer lo Justo, damos poder para que avance el mal. Puede ser que alguna aflicción se haga presente para que enmendemos nuestro proceder, falta que la comprendamos.

Junto a Dios las cosas imposibles son posibles; lo que resulta difícil es realizar Justicia, cuando ante la vista de los demás resulta que perdemos, pero es la fe en Cristo la que provee ese aliciente de vida que muestra que la Justicia siempre gana. Claudicamos prestos ante las presiones sociales y jamás adentramos a la práctica de Justicia, para evidenciar vida pletórica. Pulula la actitud belicosa que cierra puertas, para ser ayudado; por quienes conocen nuestro desempeño cuando este es digno de ayuda.

Para ejecutar Justicia tenemos todo el ambiente latente a lo adverso, pero hace falta lo Espiritual de Cristo que influya propósito para emprender y perseverar en internalizar su carácter; las adversidades o avatares a veces traen ese propósito, no solo dolor y sufrimiento. Es necesario practicar el perdón, para ser perdonado. Trata a los demás como te gustaría ser tratado. Recuerda, todos reciben acorde a sus acciones ofrecidas a los demás; en el tiempo oportuno que por lo regular no es el deseado. Al tratar con un ser eterno el tiempo no tiene injerencia sobre Él; es importante comprender, para no sentirse defraudado.