Cuando somos empleados eficientes y productivos, seremos tenidos por dignos de mejoras en condiciones de vida y no solo a lo laboral.

No hay muchos que deseen esforzarse por brindar  mejor servicio de sus labores, por tal motivo, hasta los infames desean colaboradores fidedignos.

Como todas las cosas accionan para bien, a los que operan en Justicia, bondad y honestidad, no importando como se ven o aparentan las circunstancias, el meollo están en confiar en el que todo lo puede.

Nuestro desempeño es perverso e infame o algo parecido, mas nos ocurren cosas que atribuimos a la suerte, cuando a la verdad son incentivos para abandonar esos procederes, pero creemos que son incentivos para continuar en ellos.

La realidad de la situación la descubrimos cuando las consecuencias de nuestro desempeño produce las angustias y adversidades que podríamos evitar practicando Justicia, honestidad y bondad diariamente.

Acorde a la mentalidad predominante,  es cosa de tontos la actuación Justa y honesta, mas la forma de obtener nuestro bienestar correctamente es a través de procurar el bien de los demás antes que el nuestro.

Todas las cosas que suscite un proceder Justo, honesto y recto contará hacia nuestro favor, el tema radica en no amedrentar o desistir de proseguir operando en Justicia.

Hoy somos tan perceptibles de atender a los demás antes que nuestras convicciones, ya que carecemos de carácter por hacer lo que la mayoría, aun sepamos que está mal, pero asumimos que está bien porque la mayoría lo práctica  .

Es cierto que las conveniencias aparentes están con la mayoría, pero falta razonar hasta donde esas conveniencias ayudarán o atrasarán en nuestro desempeño cotidiano.

Juega en contra tener conocimiento de algo que está por acontecer, por eso no portamos caducidad; lo que sí es determinante en calidad de vida y longitud de ella son nuestras acciones.

Deseamos longevidad y abundancia en nuestra calidad de vida, actuemos en todo momento con honestidad, Justicia y bondad.

Actuando con egoísmo, rivalidad, envidia, sadismo tratando a toda costa de obtener provecho personal a costa de daños a terceros, parece que caminamos a  una vida efímera plagada de angustias, fácilmente  comprobada al divisar el comportamiento abundante que es a vida corta.

Nuestra postura ante saber que cierta acción desagrada a quienes nos adversa, es ejecutarla son asiduidad incrementado de esta forma la aversión a nuestra persona por parte de quienes nos adversa; quitando la posibilidad de saber por vos de los afectados de nuestras posibles fallas, enterarse por otro medio suele llegar distorsionado.

De esta forma necia mente alejamos la paz y seguridad que produce un actuar Justo; convertiremos nuestra estancia sobre la tierra en algo indeseable.

No habrá falta  de gran capacidad de recursos, para que por medio de la Justicia, honestidad y bondad logremos desaparecer los adversarios convirtiéndolos en aliados.

Estar en paz poco tiene que ver con las circunstancias presente, y mucho con la actitud mental frente a ellas.

Cuando se presenta una adversidad la primera acción es, disponer de nuestras capacidades para hacer frente a tal situación procurando que realice el menor daño posible sí conviene.

Entonces no parece  tan  grave la adversidad, si tenemos como solventarla lo peliagudo es cuando sobre pasa nuestras capacidades entonces, toma importancia Él que despreciamos y ahí manifiesta su llamado a vindicar nuestro proceder.

El meollo del asunto radica en que a tiempo respondamos favorable mente al que Todo lo puede cimentada nuestra conducta en Justicia, honestidad y bondad.

 

Al empezar proyecto o tarea, solemos ser meticulosos y precavidos, es cuando más tememos cometer errores, y por nuestro temor parece que con mayor asiduidad los cometemos errores involuntario.

 Lo grave es cuando ya con experiencia perdemos ese temor de ser meticuloso, suscitando toda clase de conflictos hacia nuestra reputación como realizadores de tareas específicas.

No tomemos aires de grandeza, por muy experimentados por eso de “Al mejor cazador se le escapa la liebre”.

Si invocas a personas al azar a realizar lo recto, honesto y recto, lograrás mayoritariamente mofa, insultos y detrimento a tu reputación, esta reacción  la tendremos mientras  consideremos correcta la lógica actual cimentada  en el egoísmo, envidia y que el procurar el bien de nuestro semejante nada tiene que ver con los resultados  de nuestros beneficios duraderos.

Bastante tiempo vasta para comprobar que las adversidades, angustias y reveces propiciamos actuando fuera de honestidad y bondad actuando acorde a la lógica actual.

Para alcanzar la vida abundante que abarca ámbito Espiritual, cimientos morales  y cosas requeridas material, la respuesta es volcar nuestras acciones a la honestidad.