viernes, 4 de enero de 2013


Cuando algo llega a nuestras manos para realizar, pronto lo enfocamos dentro de nuestros requerimientos y necesidades, sin querer ver a los que nos rodean, por si esas habilidades  han llegado para satisfacer requerimientos de nuestros prójimos.

Manifestando la bondad y obteniendo los frutos generados por nuestra conducta de bondad, es seguro que no siempre llegará a nosotros esos frutos, por manos de quien recibió la acción y tampoco en el tiempo supuesto, sino por los medios menos esperados y  en un tiempo oportuno.

Aquí interviene nuestra paciencia y discernimiento para saber decir cuando no a una petición y cuando decir adelante.

Cuando nuestras acciones llevan el propósito de ejecutar justicia, rectitud, y verdad no damos con impedimentos que a tracen; más bien alicientes para atender y maximizar nuestros frutos.

Es claro que en el momento no comprendemos, tal situación  menos cuando hemos dejado a un lado la justicia, verdad y bondad; no llegando a comprender que la práctica de estas cualidades son las que darán un impulso a nuestro estilo de vida.

Si cada uno comprender que para cambiar el mundo, es necesario empezar por la conducta propia, no parece aliciente para retomar el camino de la única verdad abandonando la corrupción, robo, violencia y egocentrismo.

 

Cuando se nos a marcado unas pautas de desempeño diario, y decidimos obviar de ellas, es el momento donde provocamos toda clase de adversidades y angustias, que nos llevan a  proferir la pregunta decía de ¿Dónde está Dios que permite que pase por ese momento?.

Es necia porque, nuestras acciones las provocaron y llegan como resultado de obviar la justicia, verdad y bondad en práctica diaria.

Si deseamos vivir en paz, abundancia y larga vida indefectible mente tendremos que acatar nuestro comportamiento en dirección a la justicia, verdad y bondad, de otra manera las adversidades, angustias y reveses de la vida se irán presentando en nuestra vida como consecuencia de nuestras acciones.

Coloquemos en una balanza la justicia e injusticia comparando los frutos, en razón de ello elijamos nuestro comportamiento.

 

¿Cuántas veces clamamos por algo a nuestro Creador y no recibimos respuesta según nuestra apreciación?

Si tenemos en cuenta que los clamores de los que deciden actuar en adversidad  a la justicia, verdad y bondad no serán atendidos,  por ser ajenos al carácter que debemos manejar, diaria mente.

Lo que debemos manejar es la justicia, rectitud e integridad como estilo de vida, para que nuestros clamores  sean escuchados.

Cuando alineemos nuestro proceder a la justicia podremos comprender las respuestas donde un silencio es una negativa por no adelantar en nuestro proceder justo.

 

De la misma manera que hemos decidido ser objetos de tratamientos, por nuestras acciones buenas o malas, el fruto de nuestras acciones tapizarán nuestro caminar siempre.

Por lo anterior deberemos procurar toda acción, sin acepción de personas e incondicional en cuanto a reciprocidad recibida.

Observando que en aquello que intervengamos tan solo de nombre este acompañada de justicia, rectitud, verdad y bondad.

A fecha es complicado cuando toda  estas características están consideraras como de totas e inútiles, sin comprender que precisa mente estas cualidades son las que conducen a la vida abundante, longeva y pacífica.

En esta omisión tenemos como fruto, que los hijos se mueren antes que los padres.

Dice mucho de cómo respondemos a las advertencias o amonestaciones, donde podemos mostrar obstinación, indiferencia,  y rara vez dejamos la altivez, para escuchar las recomendaciones para estimarlas propias de práctica diaria dentro de nuestro estilo de vida.

Alta mente costeable es decidir adquirir discernimiento para saber lo que está dentro de la justicia, verdad y bondad

El costo es debido a nuestros intereses inmiscuido con las ganancias deshonestas y egocentrismo mostrado por nuestro estilo de vida.

Se requiere de sabiduría (inteligencia máxima para hacer cosas buenas) dejando a un lado la soberbia, altives y astucia (inteligencia máxima para hacer cosas malas) para poder escuchar las amonestaciones y practicarlas las que se encuadran dentro de la rectitud.

En primer término lo descrito en Apocalipsis, como trompetas incluye un símil que es una figura literaria, donde no dice que es una trompeta sino que es usada como medio de advertencia.

Muchos medios televisivos difunden sonidos de máquinas, como trompetas apocalípticas y no toman en cuenta que en tiempos antiguos las trompetas eran usadas como medio de advertencia, que en estos tiempos pueden ser mensajes, que nos advierten de rectificar nuestro estilo de vida a volvernos a la justicia, verdad y bondad.

Todo lo que Dios permite en nuestra vida, contiene un propósito de vida, solo falta tener la sensibilidad para percibirla este acto queda a nuestra  decisión poder tener por la práctica de la justicia, verdad y bondad, y se menciona justicia la cual es la que deriva de un carácter recto y aprobado delante de Dios,

En un tratamiento de clarificar la manera tan hechicera de manipular a sus feligreses,  como los cleros  obtienen sus ingresos que lapidan.

No aceptan que los diezmos deben ser otorgados a los necesitados, porque dice la misma palabra que debemos trabajar para tener con que compartir, con los que padecen necesidad.

Y si no tenemos a la vista carenciados, podremos otorgarlos a quien deseemos incluyendo los cleros, con alegría de corazón, no por necesidad u obligación.

Para identificar un verdadero necesitado, el discernimiento Espiritual y no nuestro egocentrismo nos marcará de forma correcta.

¡Claro diríamos esto afecta a los de religiones!  Pero si para lograr una vida pacífica, abundante y longeva es requerida la bondad, caeríamos en cuenta que para todo ser pensante, esta requerida la búsqueda de Dios, y manifestación de su carácter por medio de la justicia, verdad y rectitud.

Ha notado la multitud de estafadores que se autonombran hijos de Dios, más sus evidencias de comportamientos diarios desacreditan tal presunción; puesto que este título es otorgado a los que su conducta diaria y estilo de vida apoya lo basado en justicia, verdad y bondad.

Cualquier persona que decida practicar estas cualidades podrá disfrutar de vida abundante, larga vida y puertas a viertas a todo proyecto con directivas de justicia.

Cupe aclarar que la justicia referida no es la que está a nuestro alcance como obras buenas, sino más bien a la rectitud e integridad ante Dios.

El considerarnos acreedores de este título hijos de Dios, deberemos  ser de igual carácter al estipulado como hijos de Dios.

La anhelada paz que en una u otra manera deseamos tener, no viene por cosas materiales, posición social, sino más bien por práctica diaria de la verdad bondad y justicia que no es según nuestra calificación y consideración.

Lamentable mente tenemos tan devaluada y despreciada estas cualidades de carácter que cada día, nos alejamos de una percepción clara y sensible a lo que es recto e íntegro, porque el cúmulo de acciones injustas, violentas y rebeldes hacen separación de la paz, larga vida en abundancia que en algún momento deseamos.

Para alcanzar lo deseado queda expuesto como lograrlo, si queremos o no ya es problema propio, tengamos en cuenta que seguir nuestros deseos y ambiciones sin considerar el daño u afectación a terceros es dirigir nuestros pasos a muerte; por el contra partida volcar nuestras acciones a la justicia, verdad y bondad es edificar vida abundante y manifestar aquello para lo cual fuimos creados.

La rapidez de frutos obtenidos es lo que a fecha nos hace declinar por prácticas fuera de la justicia, verdad y bondad sin llegar a comprender que la aparente rapidez  de la injusticia es engaño de las adversidades que origina.

Por decidir seguir a la mayoría, es que vivimos sumergidos en tantas angustias y sin sabores de la vida, sin querer analizar nuestros procederes respecto a que tanto nos hemos alejado de la justicia, verdad y bondad no dando lugar a que sea nuestro Creador que de  pago correspondiente a cada acción sino, nosotros queremos dar pago, donde propiciamos pago angustiante a nuestra persona.

Cada cabeza es un mundo, sin embargo los mundos llevan un patrón de conducta si es ellos desean recibir los frutos de ese orden de igual manera nuestra conducta.

Lo que desvirtúa en todo humano que presta  su cuerpo para atender:

La codicia en donde los deseos de nuestro propio ser, presenta como requerimientos siendo impulsos desenfrenados que muy bien podemos dominar con carácter.

Deseo vehemente e incontrolado de poseer todo cuan nuestros ojos ven.

La soberbia, que produce la ostentación arrogante que de la opulencia, esto es fácil comprobarlo analizando nuestra metamorfosis al colocarnos detrás de un sitio de conducción.

Quieres ver que tanto modifica un hombre su carácter, otórgale un poco de poder.

Los que adhieren a la creencia de re encarnación, existe una escritura muy antigua y fiable que menciona todo lo contrario.

Dice que está establecido para los humanos que mueran una sola vez, y después comparecer ante el que juzga a  vivos y muertos.

Nada más hace  referencia  a una vida, por ello deberíamos esforzarnos en procurar practicar la rectitud, verdad y bondad, obviando la forma que expresa la mezquindad y egocentrismo que arroja frutos adversos en muestro caminar diario.

De querer larga vida, en abundancia de paz, libre de angustias y adversidades podríamos probar la rectitud.

Es notorio que no existen casi modelos de vida actual, de rectitud y justicia; pero muy bien podríamos ser ese modelo de vida para los que nos rodean.

Nuestro carácter de vida debe imitar al que nos modelo un estilo de vida digno de merecer abundancia, larga vida y paz, que no es precisamente la forma donde por doquier obtenemos adversidades y reveses  como consecuencia de las acciones injustas, falsas y egoístas.

No queremos recapacitar en retomar el camino de justicia, verdad y bondad  el cual está atente en la conciencia nada más permitamos hablar a esa voz por, el cúmulo de acciones justas obteniendo discernimiento para distinguir las voces que nos hablan que pueden ser:

La de Dios, basada en la rectitud y bondad.

La de nuestro egocentrismo,  basada en el bienestar propio sin atender a quienes se daña, con la obtención de ese confort.

La que prestamos más atención por estar adecuada a nuestras apetencias y deseos, que nos seduce inclinarnos hacia lo procedente de maldad.

De estas tres voces la única que produce vida es la primera, la segunda solo tranquiliza temporal mente y la tercera nos sumerge en cárceles de esclavitud en seguir accionando para nuestra destrucción.

 

Para obtener el bien de un vivir grato delante de nuestro Hacedor y de los hombres, es practicar justicia, verdad y bondad

De esta forma estaremos procurando el bien para un caminar grato, dado que el mal llega sin procurarlo, pero este nos conduce a muerte paulatina y esclavitudes de vicios.

Lo  que es necesario procurar es todo lo que intervengamos es aquello que, produce vida en abundancia y edificación para los que nos rodean y nosotros mismos.

No procuramos el bien porque implica un poco más de trabajo, empeño y  además por ser práctica común accionar en maldad, injusticia, mentiras y violencias.

Si decidiéramos probar lo que produce la verdad, bondad y justicia vejando la avaricia, el egocentrismo de nuestra conducta diaria, cambiaríamos en todo ámbito acorde a un vivir tranquilo y pacifico delante de los que nos observan y califican nuestro proceder.

Ser murmurador, quejumbran te, viviendo bajo   deseos y apetencias carnales sin obedecer a la rectitud, bondad y verdad donde nuestra bocas profiere palabras arrogantes, deshonestas,  adulando a personas por causas de interés. Cuando así  conviene.

Esto describe a  impíos que es a los que actúan sin Espiritualidad, donde la arrogancia, altivez y soberbia hace cometer toda clase de actos, réprobos a un estilo de vida recto y justo que nos proveerá paz, larga vida y abundancia así como puertas abiertas a toda acción ejecutada dentro de la rectitud, justicia y bondad.

Claro que el sometimiento de los deseos carnales, juega un papel importante para llegar a disfrutar de todo lo que ofrece la rectitud, siendo obstáculo la influencia de la mayoría.

Esto si somos endebles de carácter y no tenemos convicciones dejándonos, arrastrar por las apariencias sin estimar las consecuencias probables de nuestros actos.

 

 

 

Si determinamos practicar rectitud y justicia acompañado de bondad que es la contrapartida de la maldad, veremos que los frutos de nuestras acciones encaminan nuestra vida sin esfuerzo alguno al propósito de permanencia sobre la tierra.

De otra manera, de igual mente seremos encaminados pero a la destrucción paulatina de nuestro ser por:

Hábitos, adicciones, daños provocados por nuestra s decisiones incorrectas, la mejor manera de averiguar si nuestras acciones son correctas o no es ver un poco más allá de nuestra persona.

Evitando dañar a los que nos rodean o a nosotros mismos.

Si hemos escuchado alguna vez la forma de apalear nuestras carencias, y mejorar de esa  posición no habiendo recurrido  a ellas por: Orgullo, altivez, ignorancia o cualquier otro.

La responsabilidad de seguir padeciendo es solo nuestra y no contamos con escusas, puesto que hemos decidido seguir padecer sin acudir al carácter de vida que nos proveerá la justicia que es según Dios, la verdad  y bondad.

Cualidades que son difíciles de manifestar cuando nos encontramos inmersos en alguna forma con la manera justa y recta de adquirir: Vida abundante, pacífica y  longeva.

 

Sin ataduras de religiones es mejor manifestar a Dios, por nuestras acciones justas, verdaderas y de bondad.

Porque la oración, ayuno y adoración es como nosotros  reaccionamos en circunstancias que incitan, a despotricar de un carácter paciente y ecuánime  como conocedores de lo justo y decidimos actuar bajo dominio propio de lo justo,  nuestras  apetencias y deseos  a lo que es recto

Poco importa nuestra asistencia a lugares donde mayoritaria mente es un negocio redondo denominado religión, de no creerlo vea que existe cobro por todo lo que se dijo que dieran de gracia.

De lo que menos se habla es de su Espiritualidad, pues de refieren a adinero, por la sencilla razón que ellos desean dinero y no confían en Dios que el proveerá si ellos buscan hacer su voluntad.

 

Tenemos en poco las exhortaciones basadas en rectitud, que resulta molesto, entrometido y ajenas a nuestras conductas diarias, donde la rectitud es pensamientos absurdo.

Ya que estamos acostumbrados a seguir la conducta de la mayoría, sin querer analizar qué es esto precisa mente la que produce tantas adversidades y reveces porque la forma de prosperar es compartir de lo poco, mostrando generosidad y haciendo que nuestras palabras tengan valor haciéndolas efectivas.

Lo que pronunciemos procuremos que sea viable para realizar, sin acepción de personas, dentro de la justicia y verdad que conducirá nuestra vida rumbo a la abundancia y paz de acciones diarias.

No se nos olvide abandonar el egocentrismo, la avaricia y las expresiones de nuestra boca que no edifican a los que nos escuchan, más bien destruyen nuestra reputación.

 

Tenemos la nefasta manera de hablar por indirectas, sobre todo las mujeres que sin misericordia a los hombres, que con dificultad comprendemos las directas, estamos capacitados para una actividad a la vez no varias, y deben especificarnos no dar por sentado que algo se ejecutará por ser evidente. Es común de hombres caminar o mascar pero no siempre ambas bien en algunos.

Es de personas rectas pronunciar precisa y concisa mente las tareas a realizar.

No cayendo en ambigüedades, palabras que distorsionen el mensaje, o doble mensajes esto puede perturbar nuestra apreciación de carácter hacia la persona que hace uso de esta manera torcida de comunicación; llevando a la pérdida de credibilidad y responsabilidad ante superiores laboral mente que posean   algo de cultura.

Lo creamos o no en algunos casos esta forma de comunicación puede alentar al trato indeseable laboral mente repercutiendo en otros ámbitos.