La mentalidad de vida de la mayoría es has lo que venga en ganas hacer, porque sólo se vive una vez así sin establecer límites, de lo que es correcto, honesto y produce vida longeva en abundancia.

Esto mismo es lo mostrado a las nuevas generaciones la vida sin límites, generando toda clase de injusticia e insensibilidad hacia el  padecer ajeno eso sí, cuando ese padecimiento toca en carne propia aullamos por misericordia cuando ni por asomo hemos brindado a otros algo de empatía al menos en lo justo y honesto.

Si tenemos a los que elogian la práctica de lo deshonesto y ruin que es la mayoría que quiere desconocer la forma mejor de procurarse una vida en plena prosperidad que no se limita al ámbito económico sola mente, de esta manera con el cúmulo de dinero llegaríamos a la felicidad más personas con esta fortuna llega a suicidarse

Cuando toleramos ciertas acciones por no representar daño a nuestros bienes, tengamos por seguro que tarde o temprano afectará directa mente a nuestros bienes, si lo dejamos crecer esto que parecía algo inofensivo a ajeno se convertirá en algo que afectara todo ámbito de nuestra vida.

Si la conveniencia es un factor sepamos que ese grado de convencía menguara para transformarse en afectación por estar dentro del radio de acción de lo que es daño a otros de la misma manera llegará hacia nosotros.

Aquí se hace presente eso de NO HACER A OTROS LO QUE NO DESEAS PARA TI.

Converger  en un sitio mental o físico nos conduce adoptar las mismas acciones practicadas por el lugar, es raro más no imposible que se elija ser diferente al ambiente que nos desempeñamos pero sucede porque cada individuo elige hacia la justicia, verdad y bondad, menos transitada la senda a la vida versus la injusticia, mentiras, fraude, deshonestidades y mezquindad que sumerge nuestra existencia en angustias decadencias y sobre saltos.

Todo es causado por nuestro accionar dentro de la injusticia, más cuando elegimos la honestidad tapizan nuestro entorno la paz, seguridad y satisfacción que no proviene de la cantidad de bienes obtenidos sino de la correcta satisfacción del vacío que todo ser humano posee y sólo es llenado por Dios creas o no el caso que está presente ese vacío.

Lo proferido debe ser llevado a la práctica, por eso cuidemos lo que hablemos y es cosa de integridad ser objeto de seguridad ser personas que cumplen lo proferido ya sea convenga o no.

Este es el punto donde desistimos de muchas cosas proferidas en la inconveniencia, nos parece  fuera del furor que nos impulsó a proferir a no cumplir pero no debemos perder de vista nuestra reputación y carácter.

Recordemos que recibiremos acciones sinceras conforme sea nuestro carácter y no a nuestras intenciones y deseos, por eso el que defrauda va siendo defraudando.

No lamentemos por la forma como somos tratados ante ojos de los demás, porque la hemos propiciado con nuestro desempeño diario.

El temor puede ser un aliciente para  continuar o abandonar acciones justas e injustas  los que se declaran libres de temor para realizar acciones que mayoritaria mente proceden de injusticia.

Por lo regular escuchamos de los libres de temor, es hacia la insensibilidad en la percepción de lo justo e injusto donde esto mismo genera injusticia porque se está convencido que esa injusticia es un mal necesario, parecería que esto es así, porque Dios dice que el usa los vasos de ira, más el dado libre albedrío de elegir vida en rectitud o muerte en injusticia.

Actuamos como no tener mañana, todo lo queremos en este momento por eso hemos abandonado toda obra donde no percibimos beneficios instantáneos y como la injusticia, perversión y decadencia moral a cegado el discernimiento del bien y del mal,

Asumimos como bueno lo que nos hace bien y no  consideramos la rectitud, justicia y tenemos como malo las consecuencias de nuestras infamias realizadas así como lo que necesitamos y no deseamos presenciar.

Si actuáramos con integridad el egoísmo no ramificaría  con las diferentes decadencias morales.