Que
nuestros labios dejen de producir
efectos adversos manifestados por actos injustos, radica en nuestra manera de
expresarnos, decantamos por como los demás lo hacen y obviamos lo producido
como consecuencia de su proceder, porque todo empieza con palabras que ya
nuestro corazón acepto y que luego nuestro cuerpo materializará.
Es manido palabras repetitivas de bajezas, que demuestran ser personas vacuas de confianza y poco valor para pretender algo mejor a lo alcanzado.
Las mismas mentiras y maldiciones proferidas apresan nuestro porvenir próspero y desatan porvenir angustioso.
Es manido palabras repetitivas de bajezas, que demuestran ser personas vacuas de confianza y poco valor para pretender algo mejor a lo alcanzado.
Las mismas mentiras y maldiciones proferidas apresan nuestro porvenir próspero y desatan porvenir angustioso.