Actitud de sufrir el agravio es antítetico a la mentalidad social presente; que se rige por el instinto como si tratáramos de animales, y como si no se pudiera razonar o discernir; la realidad es que el cúmulo de injusticias obnubila la percepción de lo bueno y malo. La perspectiva de lo Espiritual no se contempla cuando esta es la base; para recibir pago propicio de lo que otros realizan en nuestra contra.

De tener presente, que el que ama practicar Justicia, por consiguiente, todo resulta para prosperar; pero al que procede con injusticias es eliminado de la tierra, esto es, muerto por sus procederes. 

A fecha, se tiene el trabajo como una carga así, rehuimos a todo compromiso por no contar con la disciplina del trabajo. Habituados al ocio; todo lo pretendemos adquirir sin esfuerzo. La manera más cercana a esta postura es la injusticia; pero ignoramos que la injusticia es aliciente para morir, y la justicia, honestidad y verdad tras nuestra diligencia estará proveyendo,  (pan) como tipificando, necesidades básicas satisfechas.

Obviamos los esfuerzos desconociendo, que detrás de ellos; puede estar el rango deseado. Recuerde nada acontece por suerte o casualidad efectivamente, todo es propiciado por nuestro desempeño de vida en la práctica de Justicia.

Para recibir bondades, deberemos alinear nuestro actuar:

-        Obtener de nuestro arduo trabajo lo requerido, sin acudir a la injusticia.

-        Siendo, maldecidos bendecimos; recuerde no pagar mal recibido con mal ofrecido; siendo perseguidos, soportamos; siendo difamados, consolamos.

-         Esto parece cosa de locos acorde a la mentalidad presente así, es la impresión de imposible. Lo que para los hombres es imposible para Dios es posible.

Ahora las convicciones para un proceder de esta forma pues bien, solo por crisis las consideramos vejando, la altivez y arrogancia.

Enfocados en realizar, toda clase de males contra todos consideramos locura la reciprocidad en realizar bondades a los demás. No ignoremos que formamos el ambiente con nuestro proceder por tanto, ser persona que otorga paz, tranquilidad y soluciones quitará toda injusticia, adversidades tramadas en nuestra contra pues bien,  alejemos la injusticia de nuestro ser.

Pero la mayoría de injusticias se realizan para adquirir sustento y hasta lujos; pero nunca lo procurado por medio de la injusticia trae satisfacción, sino al contrario aflicciones, adversidades y amarguras. Por lo estipulado desde antiguo “Todo el que se aparta de Dios será destruido, por su forma de proceder errado, esto es, lo que lo oblicua al mal”. Hoy tenemos por nefasto la práctica de toda Justicia, honestidad y proceder decente. Desconociendo, que esta es la forma de adquirir nuestro sustento un proceder así, en rectitud será proveído, según nuestras capacidades. No pretendamos más allá del talento propio. Ya que cada uno posee una medida de buena administración. 

El comportamiento dista mucho; de lo digno para recibir benevolencias. Perseguimos el descontrol por las drogas y alcohol dejando, de atender que por medio de este proceder truncamos la vida por medio de la muerte.

Las orgías e impurezas sexuales e indecencias, contiendas y envidias deberemos evitar para alcanzar vida plena; pero realizamos hasta lo imposible para obtenerlas por el estribillo que la vida es corta. Claro es corta, de continuar sin atender un comportamiento decente que no es aburrido.

Lo que hace vivir en tranquilidad y paz, es la práctica de Justicia, bondad, benevolencia y misericordia; lo tipificado como cualidades del reino de Dios, y no los ritos, asistencias e hipocresías de religiones.

Muchas injusticias se desvanecen para los que actúan bajo la Justicia así,  “A los que agradan a Dios todas las cosas ayudan a bien, pero los injustos perecen por su injusticia”. Se estila decir que la vida es corta; para quienes actúan con injusticia, claro; pero quien procede con rectitud en todo momento disfruta de vida longeva y abundante.

Actitudes a tomar, para empezar a con Justicia recibir sus frutos que son paz, seguridad: aborrecer lo malo; acercándose a lo procedente de  honestidad y bondad. Ser persona que adquiere a través de honradez para ayudar a los carentes que no lo son por pereza y negligencia. No pagar al mal recibido con mal realizado, sino dejar lugar a la Justicia. Procurando, la paz en lo que depende de nuestras acciones así, es de sabios pasar por alto la ofensa por eso, dos orejas; una boca.

Es claro, que esta forma egoísta actual de la sociedad va  a contra pelo donde resulta casi imposible este proceder de conducta donde todos actúan con estridencia y procuran nuestro detrimento. Pensar que podemos marcar un cambio de actitud hacia los demás con nuestro trato verdaderamente, garantizado hasta una sonrisa propicia el cambio; mucho más el continuo proceder Justo.