Es sumamente fácil  imitar lo malo, infame, aberrante cuando la antípoda no sé evidencia como acciones normales. No se cuenta con bases Espirituales para la admonición y así,  llegar a la vida plena.

Hogaño abunda el pensamiento débil pues bien, este especifica lo que funcione para ti eso, es bueno. Alejado de la realidad y la coherencia se cometen actos injustos;  teniendo estos por normales.

Bueno correcto y fructífero es lo que desciende de justeza, honestidad y verdad esto, produce más vida en armonía. Malo todo lo que no toma en cuenta la justicia, honestidad, bondad y verdad; el pensamiento débil es uno de ellos; evidenciado, como malo por emanar vida corta, plagada de adversidades. 

Planeamos argucias, artilugios  y todo daño; para extraer del prójimo toda clase de beneficios por el solo hecho. Enigmático de la maldad es, que a veces ni lo requerimos; pero causa placer sustraerlo.

Con tales procederes ¿Cómo podremos emanar amor; cuando ni estimamos la existencia propia? De cantamos por la injusticia; olvidando que ella sumerge en detrimento y aleja de la vida placentera.  La gratificación a todo proceder de Justeza es vida longeva; poseyendo los anhelos de nuestro corazón Justo. No es frecuente la vida longeva, por no ser manida la justeza. 

Deseamos, con gran afán  ser escuchados  por el que Todo lo puede. Existe, un pequeño requerimiento para, tal caso,  y es practicar  Justicia y respeto que en esto, se resumen algunos mandamientos; otros con el amor. Amor que, cumple lo establecido para vida plena; fidedigna mente especificada en sus mandamientos, que siguen vigentes.

Se asevera que cuando efectivamente, obedezcamos a la Justicia todo lo pedido lo tendremos; por hacer lo grato ante Él. Hace referencia a un estilo de vida, esto es, no a acciones esporádicas; de ser así, estaremos auto engañándonos..

La comunión con los demás circunspecto a la Justicia; tener en práctica las acciones diarias de Justicia y normas de conducta libre de aberraciones; como lo conducente a la paz; asegura ser conocido y amado por el dador de la vida. Ser buena persona incluye la rectitud y Justicia; pero también perseverar en apartarse de malicia, sino contaminaremos todo; hasta no poder discernir apropiadamente.

Ensimismados, en beneficios perdemos de vista la manera de obtención de ellos; poco interesa a quienes afectamos en la trayectoria; pero no olvidemos que aquí y ahora, es la corona de vida a los  que perseveran en la Justicia.

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Versados en tener el libertinaje y lo orgiástico (que es lo sin límites y sin control) por diversión. Adquirimos,  la esclavitud de las acciones  nefastas frecuentadas, esto es, vejamos la razón por priorizar las emociones en la frenética vida infame.  

En el abandono de la razón, la fe se esfumó desde antaño. Ignoramos, que añadir fe, es la base para el desempeño pleno. Para añadir virtud, conocimiento y de ello obtener paciencia, dominio propio, piedad; que se requerirá para seguir las pisadas de Justicia.  Ser buena persona es desempeñarse con honestidad rectitud y justeza siempre y no esporádica mente, siguiendo las pisadas del que ejemplo nos dejó.

¡Antes de la angustia recapacita!

La soberbia, impera y se yergue en todo momento; obnubilando efectivamente, divisar el camino de Justicia. La humildad y candidez se toma como defecto; por eso se relega  de practicar honestidad, bondad y proceder en el camino de la verdad. La infamia, corrupción y toda obra ruin es inmanente a la naturaleza humana; pero lo único que puede contenerla es la madurez Espiritual.

Hemos, defenestrado de lo  divino; produciendo decadencia moral. Contumaz, con los resultados  no osamos practicar Justicia; quitando la soberbia de creer ser mejor que los demás. Es cierto, que la disciplina, entereza y actitud es  de mucha ayuda; pero no perdamos de vista lo divino que predomina, sobre todo ámbito.   

Tener un carácter compasivo, fraternal, misericordioso, humilde; no  devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino bendiciendo son los requerimientos, para heredar bendición.           

Lamentablemente, la forma de desempeño hogaño es con base a la violencia y truhanerías; cada día, estamos más distantes de ver días  buenos. Por la asiduidad de injusticias y defenestrar de la fe en el único Dios, no concebimos: apartar nuestra lengua del mal pensado y ejercido, ya que uno lleva a lo otro. El apartarse del mal proceder resulta en gran esfuerzo, cuando cunde la injusticia y perversión; pero lo valorable a sopesar, debería ser como transitar la vida con gozo, paz y armonía.