Hogaño damos vía libre a toda apetencia, sin estima de cuanto de ello lleva Justicia, misericordia y bondad; más bien procuramos supina injusticia, y daño posible a nuestro prójimo. No comprender que fuimos establecidos para fungir como administradores y no dueños; conduce a este desempeño de depredar cuanto alcancemos, y no procurar ser aliados de la rectitud y Justicia; por cuanto nuestras acciones procede de la tiniebla. El afán mayoritario es extraer el máximo de bienes posibles y no por trabajo sino, donde exista intersticio para realizar lo avieso con alevosía; con tal actitud contaminada pronto llegamos a la muerte, y dañamos la estancia sobre la tierra que es la puerta a la eternidad con Cristo.

Pocos se reúnen con quienes poseen mejora en conducta, para crecer en lo Espiritual e intelectual; manido es aunar a lo deplorable, infame y violento. En todo momento, se escapa a lo que presente atisbo de Justicia por estar habituados a obras oscuras de la injusticia, en detrimento de la calidad de vida presente. “Todo lo que el hombre siembre de eso también segará” sí, cultivamos la belicosidad, traición y violencia supina o no; de eso estará tapizada nuestra permanencia eterna. Al fomentar la afabilidad, rectitud, bondad y Justicia, nuestra permanencia eterna de lo bueno estará tapizada. Entonces, es mejor ocupar la brevedad de la permanencia sobre la tierra con fe en Cristo, para obtener lo mejor y disfrutarlo en lo eterno. Eterno, bajo lo bueno o eterno bajo lo malo; por eso, se dijo pongo delante de ti la vida o la muerte aquí sintetizas cielo o infierno.

Honra con los labios; pero corazón lejos de practicar Justicia, bondad y misericordia es vano ante Dios. Avocados a ritos y liturgias, que implementan los hombres, no tiene valor en el ámbito Espiritual; no creamos que por tales acciones podemos ir al cielo con todo y zapatos. Lo único valioso es portar vida pletórica hacia nuestros semejantes, para evidenciar que sabemos vivir acorde a las reglas de Dios.

Actitud de nuestro corazón ante la palabra de Dios. 1. El que no comprende o no desea comprender la palabra, es arrobado por las acciones de injusticias desestimando la palabra. 2. El que comprende algo, pero ante avatares cotidianos, pierde fácilmente lo comprendido de la palabra y regresa a practicar injusticias como antes. 3. El que comprende a cabalidad la palabra; pero afanes y distracciones mentirosas de riquezas, hacen olvidar lo aprendido. 4. El que torna en convicción lo aprendido y sé aparta de todo lo que obnubile, al propósito de alcanzar la vida pletórica. Muchos dicen creer, pero pocos portan evidencias de una vida pletórica. Entonces el problema es en que coloco mí fe, al ser colocada en Cristo la Justicia aflora una vida pletórica sí, es ella una convicción en mi proceder.

De toda palabra ociosa proferida se dará cuenta. La estancia sobre la tierra en ejercicio de Justicia, bondad y misericordia es la plataforma para calificar, hacia la vida pletórica. Ocupemos la estancia en procurar lo mejor de la vida alineada a la Justicia, que desde ahora vida eterna empezaremos a manifestar. Hogaño nos enfrascamos en las tropelías, mentiras y truhanerías por el dinero y obviamos lo principal que es lo Espiritual y almática; desconociendo que esas dos áreas colman la material y no a la inversa.

Casi todos buscan dinero sin esfuerzo empleando tropelías; olvidan que el que a hierro mata a hierro muere, o con la vará que midas serás medido. Vives para el aquí y ahora, pero no olvides que el desempeño portado aquí y ahora se paga, nadie deja cuentas pendientes. Hogaño se vilipendia al de proceder Justo, por evidenciar que los demás aúnan a la injusticia. Lo mayoritario es proceder avieso con actitud beligerante, que denota afinidad al carácter empleado por la sociedad errada.

Una convicción estará sobre las consideraciones personales; no será de no subordinarse a su origen, refiriéndose a lo Espiritual de Cristo. No debo soslayar o tolerar lo que es detestable, delante del que deseo agradar que sea Dios. Pero hogaño el sincretismo y la obnubilación en la percepción de lo que es pecado, conduce a ser proclive a aceptar todo lo que rinda provecho aparente; sin considerar que jamás árbol malo producirá frutos buenos. Aquí vemos socavado el ínfimo requerimiento que es tomar la cruz; ¿religiosos de que Amor hablan, de no obedecer? Si dice” Sí, me amas guarda mis mandamientos”