De, ser contumaz en tratar como bueno lo estipulado como pernicioso en tal caso, las mismas iniquidades destruirán. Hogaño adolecemos  en lo familiar de lo moral; pero persistimos en la injusticia, violencia, mezquindad y egoísmo, por tanto, continuamos en el detrimento inminente.

Por, si lo desconocemos el desmedro persistirá, pues es necesaria la vindicación hacia la Justicia que es Cristo, para alcanzar vida plena. La Justicia es fácil accionando en los principios Espirituales del Justo.

Es moneda corriente, la actuación injusta, infame y beligerante, a pesar de que la verdadera forma de prosperar, integralmente, es apartarse de injusticia, violencia  y  propósitos corruptos de malicia.

En cuanto vemos, ocasión no dudamos actuar con alevosía sustrayendo, al prójimo lo plausible para beneficio personal; importando, poco el grado de Justicia usado para ello.

Todos cometen injusticias, pero nosotros no, si deseamos alcanzar vida abundante. 

Atestados de injusticia, perversiones y malicia así, pues no comprenderemos a cabalidad  es decir, a plenitud la práctica de Justicia sin ser estimada como fruslería. Es la Justicia la evidencia de la fe y realmente, habla por nosotros de la rectitud de vida portada.

Dice abrazar la fe, pero no muestra Justicia lo dudo. La justicia es necesaria para llegar a la vida plena.

Está, en boga  proferir nueva tolerancia que llanamente, es callar ante aberraciones y atrocidades del prójimo. Consentimos en tal actitud así, pues evitamos escudriñar que es lo correcto. La persona sabia sopesa lo entredicho y procede a corregir. Los necios, persisten en su error o responden con groserías, pues no cuentan con argumentos lógicos que defiendan sus falencias.

El meollo del asunto toma punto álgido, de manera que por el silencio ante lo injusto; esto crece y se torna habitual el proceder injusto. Se advirtió desde antaño “para que todo nos sea fácil deberemos defenestrar de la injusticia, mentira, corrupciones”, esto es, apartarse.

Decir, la verdad pareciera traer complicaciones; pero no es así, pues  deben saber que están delante de uno que se maneja en la verdad; aunque requiere establecer  carácter en la verdad. Accionar con justeza pondera, sin embargo tenemos latente la influencia del medio ambiente para claudicar. No desistamos “Sed apartado de practicar injusticia, para prosperar finalmente, en todo sentido”. La mentada prosperidad de hogaño es dinero, no obstante  nada dicen de lo Espiritual en Cristo.

       

Agobian las penurias; sin la esperanza en Cristo así, prospera el detrimento moral, por lo tanto no encontramos sosiego en algo hasta acudir a la fe esperanzadora.

Se presenta un injusto y un avaro como no sé retribuye lo punitivo a ninguno de ellos; se ha tornado como metodología efectiva ser injusto, estridente en todo ámbito actuando, con malicia; pero por ahí, se dice “que ellos se conviertan a tu proceder, y no tú a ellos”.

Entonces, para no ser como los que permanecen sin esperanza; deberemos hacerlo visible por un proceder Justo y no por vociferar de religiones.

Aquí, es donde muchos dicen querer la verdad; pero pocos portan un estilo de vida que lo corrobore. Recuerde, recibimos acorde a las acciones ofrecidas a los demás.

Para recibir bondades deberemos quitar todo proceder que invoque injusticia; lamentablemente, este proceder de maldad es el impuesto por la sociedad beligerante, como medio de prosperar. Desde antaño se advertía sé libre de injusticias para que seas como mi boca y mis manos   manifestando, sobre la tierra rectitud y verdad, entonces todo  saldrá bien.

Hogaño decantamos por la perversión que es atractiva, creemos; pero  sumerge en decadencia y vida corta porque el que daña irá siendo, dañado y obstaculizando, alcanzar la vida abundante. Mientras, más apartemos nuestro proceder de la Justicia más dolor en todo ámbito padeceremos. Por eso, dice siete veces cae el justo; pero de todas ellas se levanta; el injusto por no contar con fuerzas de Justicia fenece.