Situaciones de gran crisis  llegan para  reconocer que tenemos falencias, que solo es quitado por la  práctica diaria de Justicia, honestidad y bondad  pero como es lo último que hacemos, sufrimos grandemente asimilar el camino, a obtener el favor del que nos creó.

La sabiduría es portar un estilo de vida que evidencie por nuestros actos la rectitud y bondad, consciente de que todo  medio obtenido deben proceder de justicia y honestidad para socorrer al carenciado que procura la Justicia.

Así pondríamos más aceptable practicar Justicia entre los que prestarán oídos.

Los corazones son oblicuados acorde al pago de nuestras acciones, por eso  dos personas con procederes diferentes obtienen resultados  acorde a la amabilidad, honestidad y rectitud o falta de ellas, del mismo entorno social.

Deseas una estancia fiable y honesta, deberemos comenzar a practicar esto a fin de materializarlo en nuestro trato diario. 

Ante circunstancias laborales desconocidas  entramos en pánico y no reaccionamos, que un poco de lógica operacional puede brindarnos las pautas, a fin de desempeñar eficientemente toda labor cuando actuamos de manera que la sabiduría es fácil a los de honesto corazón.

Entonces no es cosa de tontos portar diariamente la honestidad, ya que ella eleva nuestro nivel de vida, siempre que no actuemos con acepción de personas dejando arrastrar nuestra percepción por asuntos epidérmicos.

Tenemos costumbre de saquear lo más posible, sin atender si  requerimos lo saqueado, la satisfacción llega en saquear con violencia, olvidando que con la misma actitud tratada seremos tratados.

Eso sí cuando toca en carne propia las injusticias propinadas a los demás, clamamos por justicias como si eso practicáramos, afortunadamente llega lo propinado a los demás.

 No evidenciamos bondad, misericordia y voluntad altruista es porque esas acciones no las colocamos en marcha para recibir de ellas.

El participar activamente o como espectador de actos injustos e infames,  nos hace merecedores de las mismas acciones adversas de los que dedican su vida a la injusticia.

Existen personas aun con evidencias  de rectitud, preferirán desempeñarse con injusticia  no creamos que un simple texto variará la determinación, será necesario un compromiso de vida donde cambias o mueres.     

Lo que proferimos tiene importancia dado que nuestro  léxico decadente, invita a la mediocridad en todo ámbito.

Evidenciamos falta de seriedad o confianza relacionada con todo acto diario con nuestro hablar falto de limpieza moral, por más elocuentes que sean los obsecuentes que pretenden ayudar.

Siempre la mejor carta de presentación será el desempeño de aptitud y actitud que diariamente aflore en circunstancias difíciles.

No despotriquemos  aun cuando asumamos que estamos solos.

 

El desear, acondicionando y forzando situaciones de forma que llegue a nuestro ser  beneficios que no son destinados a nuestra persona, producirán más estragos que dicha, sobre todo por la injusticia empleada en la obtención del propósito.

No perdamos de vista que cada uno recibe acorde a la rectitud de su corazón, por esto si algo es para nuestra persona nos llegará de no serlo por más que lo procuremos no llegará.