Aferramos todo a lo material sin atender que nuestro ser es espíritu, alma y cuerpo; impedimento de tener la convicción de actuar en Justicia y considerar que desnudo salimos de nuestra madre, y desnudo volveremos a la tierra, es el dinero.

Los aparentes beneficios de las riquezas hacen padecer muchas zozobras,  cuando las acciones aviesas están presentes.

Pocos tratan de hacer sus riquezas en Justicia y honradez; recuerde, más vale un puño con tranquilidad que ambos llenos con afán e injusticias.

Delante del Justo será revertida nuestras intenciones aviesas. No del que vocifera Justicia, pero emplea injusticia, sino del que ha internalizado el carácter de Cristo. Hogaño tenemos por fruslería al de proceder Justo cuando este es el que triunfa; enarbolar al de proceder desleal e injusto es perecer en detrimentos.

Recalcitrantemente hacemos de la injusticia, mentira y males nuestra metodología de vida, sin comprender que son acciones a la languidez. Explorar la Justicia amerita cambio de mentalidad, mismo que lo Espiritual de Cristo ofrece. 

En la sociedad beligerante se realizan males sin atender que lo Espiritual de Cristo, predomina sobre todo ámbito. Y nuestras mezquinas acciones fuera del carácter Espiritual de Cristo, no logran algo de lo pretendido. Más bien claudicamos frente a la Justicia.

Por eso, practicar Justicia internalizando el carácter de Cristo, asegura ganar en todo; pero priorizar la injusticia, rapiña, falsedades, sumerge en detrimentos y zozobra. La obnubilación de la injusticia hace ver que la vida es constante lucha de supremacía, sin saber lo que es paz.

Por muy inminente que aparente un beneficio con injusticias procurado, de seguro en detrimento y zozobra volcará.
Aparenta distar un beneficio de lo realizado con Justeza; seguro llegará a nuestra persona, en el tiempo más idóneo.

El punto crucial de prosperar está en la Justicia, practicada diaria.

Recuerde, la Justicia es una Persona Cristo. Hacemos referencia a internalizar su carácter, no a religiones o liturgias.

Todo proceder avieso solemos obviar, sin saber que eso incrementa la maldad. Todo proceder recto y Justo solemos hacer pitorreo o escarnio de él, y no otorga lugar a que prolifere este proceder Justo.

El origen de toda decadencia social, está en la relajación de las normas morales ya que, el pecado no reconoce jerarquías.

Retomemos camino a la dependencia de Dios, no de hombres o religiones internalizando proceder de Cristo; entonces contaremos con fundamentos sólido, para refutar lo indebido.

De toda acción realizada obtendremos frutos, miremos por frutos para edificar. Pocos hogaño emplean la Justicia, misericordia y honestidad para forjarse un buen pasar. Todos arremeten hacia la injusticia, cuando dinero no es toda nuestra vida, calma los nervios; pero no puede algo con lo espiritual.

Prioricemos lo Espiritual en Cristo, que las tres áreas de nuestro ser serán colmadas. Cada día, será día ganado sí, realizamos o decimos lo que ayude a los demás a bien. Recuerde, la Justicia deja de ser suplicio cuando interiorizamos el carácter de Cristo.   

Ejerciendo Justicia, integridad y honestidad siempre la misericordia gravitará sobre nuestro ser; para hacer la vida más amena en el transitar por la tierra topando con fractales, en medios de la vorágine social.

 Lo tergiversado  del presente con actitud levantisca y beligerante e injusta  es tener estas actitudes que proveen muerte y rinde frutos como el egoísmo, envidia, rivalidades.

Una mirada con fe en Cristo puede convertir en palpable lo inasible y quitar lo inminente, si ello está dentro de la Justicia.