Cada
persona determina con su proceder diario, la forma como tapizará su
entorno si nos mostramos tanto en el
lenguaje desprovisto de gracia, como hoy se acostumbra el mismo lenguaje nos
conduce a las acciones injustas,
opresoras e infames.
No es de extrañar que encausemos acciones de delincuentes, en todo momento por tener al alcance el apoyo de la injusticia otorgado por todos los que emplean y regodean sus expresiones basado en el detrimento de la comunicación donde hemos obviado la rectitud, sabiduría y buen gusto por las altanerías y vulgaridades.
No es de extrañar que encausemos acciones de delincuentes, en todo momento por tener al alcance el apoyo de la injusticia otorgado por todos los que emplean y regodean sus expresiones basado en el detrimento de la comunicación donde hemos obviado la rectitud, sabiduría y buen gusto por las altanerías y vulgaridades.
No se trata
de clases sociales sino de tener presente la calidad como personas, he tratado
con catedráticos con expresiones nefastas donde dudas de su capacidad
intelectual y albañiles, carpinteros que
logran articular sus ideas sin acudir a la vulgaridad.