Tenemos la
inclinación de dar trato conforme a la presentación que existe delante de
nuestros ojos, más ignoramos las situaciones reales por la que esas personas se
presentaron de tal manera.
Puede darse el caso que un potentado desea experimentar el trato sin sus riquezas y un pobre desea ser tratado como rico, usando una ropa que le regalaron de un rico.
Puede darse el caso que un potentado desea experimentar el trato sin sus riquezas y un pobre desea ser tratado como rico, usando una ropa que le regalaron de un rico.
Erramos con la apreciación otorgada por nuestros
ojos, haciendo acepción de personas obviando la rectitud y veracidad que
conlleva tratar como deseamos ser tratados.
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