La
violencia ha aumentado en la misma proporción que nuestra insensibilidad hacia
el dolor del prójimo donde es difícil saber el verdadero carente, de quienes
usan artimañas para parecer necesitados.
Otros
factores de insensibilidad son el egoísmo y la avaricia que nos conduce a
retener más de lo debido, y no querer compartir de lo obtenido con el que pide y está a nuestra mano ayudar ignorando
que hay quienes retienen y van a carencias y de la misma forma que cierran su
corazón al clamor del necesitado.
La honestidad,
integridad y justicia de un proceder de vida, dentro lo que nuestro Creador ha
marcado como merecedor de vida abundante, debe ser nuestro comportamiento
diario para progresar digna mente, de lo contrario con truhanerías, mentiras y
deshonestidades podemos aparentar progresar más estaremos languideciendo
Espiritual mente dado que somos Espíritus con cuerpo.
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