La mayoría
de personas práctica lo que la masa de la sociedad realiza por encajar y no ser
excluidos, dejando de atender la rectitud, honestidad y veracidad que conlleva
la práctica de lo que nos hace encajar en el medio social, resulta que somos
oblicuados al mal por eso atendemos con tanta presteza lo malvado, infame y
egoísta.
Sin modelos
de vida palpables que nos marque, lo que es real mente vivir en honestidad,
justicia y veracidad características que traerán a nuestra vida paz, seguridad
y largura de vida en abundancia, de cada uno depende continuar con esta decadencia
o redirigir nuestros actos para ser modelo de buena vida.
No
satisface tanta crueldad e insensibilidad por el cumulo de actos infames que
realizamos donde consideramos lo deleznable como normal sin el menor atisbo de
inconformidad.
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