sábado, 19 de julio de 2014

La mayoría de personas práctica lo que la masa de la sociedad realiza por encajar y no ser excluidos, dejando de atender la rectitud, honestidad y veracidad que conlleva la práctica de lo que nos hace encajar en el medio social, resulta que somos oblicuados al mal por eso atendemos con tanta presteza lo malvado, infame y egoísta.
Sin modelos de vida palpables que nos marque, lo que es real mente vivir en honestidad, justicia y veracidad características que traerán a nuestra vida paz, seguridad y largura de vida en abundancia, de cada uno depende continuar con esta decadencia o redirigir nuestros actos para ser modelo de buena vida.

No satisface tanta crueldad e insensibilidad por el cumulo de actos infames que realizamos donde consideramos lo deleznable como normal sin el menor atisbo de inconformidad.

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