Lo
proferido debe ser llevado a la práctica, por eso cuidemos lo que hablemos y es
cosa de integridad ser objeto de seguridad ser personas que cumplen lo
proferido ya sea convenga o no.
Este es el
punto donde desistimos de muchas cosas proferidas en la inconveniencia, nos
parece fuera del furor que nos impulsó a
proferir a no cumplir pero no debemos perder de vista nuestra reputación y carácter.
Recordemos
que recibiremos acciones sinceras conforme sea nuestro carácter y no a nuestras
intenciones y deseos, por eso el que defrauda va siendo defraudando.
No
lamentemos por la forma como somos tratados ante ojos de los demás, porque la
hemos propiciado con nuestro desempeño diario.
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