Tenemos
conocidos que si les prestamos oído a sus palabras, terminaremos inmerso en
miedo, angustia y desesperanza la solución está en nuestras manos.
Cerrar nuestros oído a comentarios infructuosos de
rectitud y honestidad no deseando escuchar más de lo que podemos ayudar, porque el enterarse de un asunto asume que en lo posible de lo que
tenemos a manos lo dispondremos hacia el alivio de lo entamo siendo copartícipes.
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