domingo, 28 de septiembre de 2014

Tenemos conocidos que si les prestamos oído a sus palabras, terminaremos inmerso en miedo, angustia y desesperanza la solución está en nuestras manos.
Cerrar  nuestros oído a comentarios infructuosos de rectitud y honestidad no deseando escuchar más de lo que podemos ayudar,  porque el enterarse  de un asunto asume que en lo posible de lo que tenemos a manos   lo dispondremos hacia el alivio de lo entamo siendo copartícipes.


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