miércoles, 26 de noviembre de 2014

Es comprensible que a simple vista no percibamos la magnitud de la malicia de nuestras acciones, donde la complacencia con la mediocridad y mezquindad acapara nuestras elecciones diarias, en donde deberíamos compartir con el que padece real mente, estamos armados contra la violencia de los que pretenden sustraer nuestros recursos y esto por la misma violencia.

Envueltos en este ciclo de muerte jamás, aprenderemos que la vida es placentera sin injusticia y violencia; la comprensión puede llegar por transitar por una angustia tan grande que amenace nuestra vida.

No esperar a tal circunstancia sería lo idóneo, pero deberemos experimentar por ser testarudos. 

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