viernes, 13 de febrero de 2015

Colocamos mucha atención a la contaminación de nuestro entorno, que desapercibimos la que origina todo mal como es el egocentrismo, envidia, e injusticia en supino grado.

Es necesario atender en contra  de la contaminación de nuestro interior, lo percibido por los ojos, oídos  que dependiendo de ello será llenado nuestro ser; al terminar de ver una película violenta  deseamos reaccionar igual.

No es de extrañar que en todo ámbito busquemos dañar, en lugar de ser de carácter conciliador, misericordia y bondad manifiesta.

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