lunes, 27 de julio de 2015

Lo que proferimos tiene importancia dado que nuestro  léxico decadente, invita a la mediocridad en todo ámbito.

Evidenciamos falta de seriedad o confianza relacionada con todo acto diario con nuestro hablar falto de limpieza moral, por más elocuentes que sean los obsecuentes que pretenden ayudar.

Siempre la mejor carta de presentación será el desempeño de aptitud y actitud que diariamente aflore en circunstancias difíciles.

No despotriquemos  aun cuando asumamos que estamos solos.

 

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