Perder
consideración y buena estima por un lapsus con ira, parecería algo no muy grave mas quien es objeto de nuestra
ira crea un escudo hacia la persona
emisora.
Más fuerte que una montaña es la persona ofendida, querer evadir, disimular o tergiversar resulta más contraproducente que afrontar consecuencias.
Más fuerte que una montaña es la persona ofendida, querer evadir, disimular o tergiversar resulta más contraproducente que afrontar consecuencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario