Despotricar
contra personas que circundan nuestro entorno, no es inteligente porque, nunca
sabemos de quienes llegaremos a necesitar; tal vez tendremos que acudir con vergüenza
por nuestra lengua, cuando podríamos presentarnos con rectitud de corazón sí
refrenamos la lengua.
Recibir benevolencia de quienes hemos procurado el mal, puede convertirse en desavenencias cuando levantamos estigmas errados ya sea por alta o baja estima.
La bondad es nuestra falla y materia pendiente para alcanzar beneplácito en todo ámbito de la vida, dado que para la lógica presente la bondad es sinónimo de debilidad o decrepites.
Recibir benevolencia de quienes hemos procurado el mal, puede convertirse en desavenencias cuando levantamos estigmas errados ya sea por alta o baja estima.
La bondad es nuestra falla y materia pendiente para alcanzar beneplácito en todo ámbito de la vida, dado que para la lógica presente la bondad es sinónimo de debilidad o decrepites.
Sí tan solo comparáramos frutos de la bondad contra la carencia de esta, podríamos
ver que la vida abundante radica en cimentar nuestras acciones en Dios, no es ficción.
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