domingo, 28 de febrero de 2016

El malvado hace caso a las palabras del maldiciente, está en boga en toda esfera social expresarse con desdén vilipendiando a todo, pero lo que empeora nuestra decadencia, es atender las consideraciones de las lenguas detractoras.

Por lo regular estas son carentes de lógica nacional,  ya que fuero inventadas con estimaciones ambiguas, de mentalidades abundantes de tener algo con lo que entretener su vacío.

En raros casos esos comentarios tienen razón de ser desvirtuados, pero lo tienen, solo basta identificar el origen es decir la persona de donde procede no  el repetidor que coadyuva con el detractor.  

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