Tenemos la
certeza que algo nos molesta y procuramos hacerle daño, pero jamás analizamos
si eso puede aportar algún bien hacia los demás.
Somos de tendencia destructiva y no deseamos tener la perspectiva del siglo venidero la que produce vida abundante; preferimos continuar bajo el presente siglo malo, que decanta por la soberbia, violencia e injusticia y jamás considera la misericordia, bondad y equidad.
Que nuestra vida produzca languidez y detrimento, debería ser más que suficiente para buscar vida abundante, pero no lo hacemos porque estamos habituados a la pobreza.
Somos de tendencia destructiva y no deseamos tener la perspectiva del siglo venidero la que produce vida abundante; preferimos continuar bajo el presente siglo malo, que decanta por la soberbia, violencia e injusticia y jamás considera la misericordia, bondad y equidad.
Que nuestra vida produzca languidez y detrimento, debería ser más que suficiente para buscar vida abundante, pero no lo hacemos porque estamos habituados a la pobreza.
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