domingo, 2 de octubre de 2016

El escuchado en angustias es quien de manera, voluntaria somete sus apetencias para ejecutar Justicia, verdad y bondad. Pocas benevolencias observamos, por ser pocos los que se alinean en la práctica diaria y sincera de ayuda al necesitado. Para con empeño realizar una acción, deberá estar enquistado un beneficio monetario, sexual o laboral, pero de otra forma no accionamos.

El error craso,  por el cual lo adquirido se va, como agua en nuestras manos  siempre es el egoísmo, o ensimismamiento que impide  ser de ayuda al necesitado al que en, rectitud opera sin afán de beneficios.


Recuerde, que hasta el religioso busca bendiciones, cuando es su vida que debería ser bendición a los demás.

El asunto de la vida se sintetiza, en la cantidad que emana de mí hacia los demás del carácter del dador de la vida,


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