domingo, 27 de noviembre de 2016

El instinto, no es controlable y lo poseen los animales; los humanos poseen impulsos que sí puede ser  dominado. Lo fatídico es que hombres y mujeres toman las actitudes de desenfreno, esto es, ante lo sexual olvidando, las consecuencias de tal proceder aumentando, la matanza de niños que denominan aborto así, tranquilizar conciencia de los implicados en la acción de matanza.                                                                                        

El impulso del humano, tiene un atenuante que es la conciencia; pero cuando el cúmulo de injusticia cauteriza el discernir entre lo Justo y pervertido, todo lo consideramos normal, como hoy. Para reactivar la conciencia es menester alejarse de practicar injusticia así, tomar el camino de la fe en el único Dios. De esta forma, comprobará que la práctica de Justicia no es descabellada

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