Turbamos  todo ánimo con violencia, robos e injusticia;
ignorando que el poder, riqueza y sabiduría se obtiene a través de ejercer
Justicia, benevolencia, honestidad y bondad cada día. La vorágine social,
impele a lo  antitético así, absorto en
decadencia, languidez y esclavitud; perdemos la vida placentera.
La vida no
consiste en la cantidad de bienes poseídos sino, lograr todo circunspecto a la Justicia
y honestidad. Efectivamente, parecerá no lograrlo; pero si activas la
perspectiva de la fe por tanto, cambiarás de ámbito tu bregar y obtendrás más, la
vida plena en Cristo.
 
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