lunes, 13 de febrero de 2017

Estigmatizamos, toda circunstancia según  favorezca o no; pero  el discernir entre bueno y malo está supeditado a nuestra conveniencia. Por el cúmulo de aberraciones generadas con la vejación de lo Justo y verdadero, bregamos cada día.

No deseamos analizar nuestro desempeño, de manera que  rectifiquemos hacia la Justicia; tenemos, como hábito diario realizar siempre nuestras acciones con injusticias, falsedades y violencia supina.

Por ser contumaz en las falencias propiciadas no encontramos felicidad a la vida. 

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