En la crítica malévola y descarnada que tomamos como deporte llega hacer
un vicio y termina primando nuestro carácter de ella; otorga a nuestra
reputación ser los no merecedores de ayuda alguna y aviesos repugnantes. Antes,
de proferir palabra o gestos recuerda “Eres dueño de lo que callas y esclavo de
lo que profieres”. Aprender a decir lo que debemos alejará: la discordia, engaño,
soberbia y muerte.
Proferir algo debe ser regido por el bien al prójimo; brindar la forma de solucionar de poder,y no limitarse a lo que está mal. De no existir forma de remediar es mejor callar.
Proferir algo debe ser regido por el bien al prójimo; brindar la forma de solucionar de poder,y no limitarse a lo que está mal. De no existir forma de remediar es mejor callar.
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