El orden
normal de la Justicia es condenar al malvado para traer su conducta sobre su propia
cabeza, y justificar al justo para
retribuirle conforme a su justicia. El proceder del hombre ha bastardeado por
el soborno y el lucro el orden normal de
lo que es Justo.
Como el mal reside en el corazón del hombre; ningún cambio fuera de lo espiritual parece factible. Pero, sí podemos reflejar ese carácter que produce vida abundante, por si algún entendido desea imitar.
Como el mal reside en el corazón del hombre; ningún cambio fuera de lo espiritual parece factible. Pero, sí podemos reflejar ese carácter que produce vida abundante, por si algún entendido desea imitar.
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