Pureza
Todas las cosas son puras para los puros; pero lo ubérrimo es la impureza e incredulidad de mente y conciencia, proclive a la injusticia y beligerancia patente en toda sociedad.
Profesar conocer a Dios impele a serlo evidente por nuestros actos de justicia y pureza, en busca del bien común de los que a Dios obedezcan y agraden, calificados para toda buena obra.
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