Ser santo
Ser proclive a la malicia, entuertos y la rapiña crea separación entre la vida pletórica en Dios y nosotros, como hodierno palpamos la languidez de los que proceden fuera de Justicia. 
La santidad consta de hacer la justicia nuestro proceder permanente, en obedecer los mandamientos, misión y determinación que requiere la vida pletórica en Dios.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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