Sobre casa del impío, injusto y díscolo a lo Divino la maldición, pero las bendiciones sobre el justo, íntegro y obediente a Dios.
Hogaño evidenciamos más lo primero, hasta regodearnos en lo ruin y decadente no mirando la languidez operativa producida.
Como tunantes nos comportamos ante los demás, sin atender que de lo bueno y malo realizado se paga.
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