Al recibir una instrucción de un superior se trata de colocar bemoles para su realización, pero pocos deciden superar barreras de carencias con ingenio y capacidad. Puede ser una prueba de actitud y aptitud para indagar si el trabajador es apto para mayores responsabilidades.
La alabanza a Dios no es vociferar sino, es hacer visible a Dios en nuestro comportamiento en todo momento y lugar en ejercicio de la justicia y misericordia. Recuerda, todo gran trabajo esta oculto de esfuerzo y nuestro bien detrás del bien del prójimo.
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