Es asiduo o abitué los que invocan a Dios como especie de un papanoel, piden y piden sin jamás comprometerse con algo que corresponda a rectificar procederes.
De esta forma de no ejercer corrección a lo marrado con respecto a la justicia y rectitud jamás se verá a Dios “Dios aborrece la iniquidad o corrupción y a los que la perpetran”.
Rehuimos a todo llamado de compromiso que represente acercamiento a la justicia prefiriendo lo ligero que es lo sentimental.
A Dios el arrepentimiento y creer es medular para desencarcele primero crees y así, llegas a percibirlo.
Desarrollar la convicción de fidelidad sin sentires u evidencias hace alcanzar lo mejor persistiendo en la justeza.
Todo el que invoca el nombre de Dios apártese de iniquidad y refrene su boca de proferir truhanerías o maledicencias.
¿De no cumplir con lo menos como pretendemos bendiciones?
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