La verdad es echada por tierra con licuar los cimientos morales y dar gloria y honra a la piedra, yeso u objeto de material precioso que ven ni oyen ni saben, pero al Dios en cuya mano está el aliento, y cuyos son todos nuestros caminos omites con introspección de actos acorde a su carácter santo por el proceder impío y tunante tomado como bueno.
Es preponderante el actuar en desmedro de la sensatez y seguridad de la Palabra Divina conducente a la vida pletórica.
El arreglo de la sociedad es otorgado al ejercer fe a Cristo Jesús en todo el manual de vida sin miramientos obsecuentes, mientras de buenas intenciones no pasará.
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