El leer la palabra de Dios trae ventaja sobre los que enfrentan la cotidianidad sin el menor atisbo de lo que es un comportamiento receptor de beneficios prometidos .
No deberemos indilgar la recepción de promesas sin antes cumplir la condición que la hace efectiva.
Es asiduo alentar al que nos lee sin antes decir la verdad a cumplir para recibir la promesa.
Es mejor decir la verdad de compromiso a realizar donde la justicia y verdad hace real las promesas de bienestar.
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